Pekín investiga si el desplome bursátil se debe a manipulaciones

En un nuevo intento por poner freno a la sangría bursátil que están viviendo los mercados asiáticos, las autoridades de Pekín anunciaron ayer que habían abierto una investigación sobre las grandes agencias de correduría de bolsa del país, sospechosas de cometer irregularidades en los parqués del país. La Comisión Reguladora del Mercado de Valores (CRMV) ya apuntó en julio, cuando se registraron fuertes caídas en las bolsas, que investigaría a los sospechosos de manipular el mercado. Ahora, la tormenta vivida en las bolsas asiáticas en los últimos días ha puesto en el punto de mira a la mayor compañía de brókers del país, CITIC Securities, en la que están investigando a ocho de sus empleados –entre ellos el subdirector general Xu Gang–, sospechosos de negociar valores de forma ilegal, informó la agencia Xinhua.

Las compañías Haitong Securities, GF Securities, Huatai Securities y Founder Securities también están siendo objeto de las pesquisas de los investigadores por, al parecer, cometer fallos y no verificar la identidad de sus clientes según la normativa. Pese a que las autoridades reguladoras ya sancionaron a CITIC, Haitong y Huatai a principios de año por irregularidades en los contratos de márgenes, la actual volatilidad del mercado, que está causando estragos entre los inversores, hace que la investigación sobre ellas gane más peso.

Sin embargo, la campaña emprendida por las autoridades para acabar con estas irregularidades no acaba aquí y la Policía también ha puesto bajo sospecha a un trabajador y a un ex empleado de la CRMV, a los que acusa de tráfico de información privilegiada y falsificación de documentos y sellos oficiales.

Tampoco la Prensa local se ha librado de las pesquisas y el control de Pekín. Ayer, el periodista de la revista financiera «Caijing», Wang Xiaolu fue detenido por haber publicado un reportaje sobre el mercado de valores chino que según el Gobierno contenía información falsa. Al parecer, en su artículo, el reportero apuntaba a la posibilidad de que el Ejecutivo no interviniera si los parqués se volvían a desplomar, algo que sentó mal a las autoridades.