Comercio local

El pequeño comercio se ahoga pero resiste ante la crisis y al alza de precios

Los establecimientos "de toda la vida" han descendido de casi un millón en 2008 a 500.000 en este curso

Imagen de un comercio local
Imagen de un comercio localLuis DíazLa Razón

Todos guardamos algún recuerdo de alguna tienda o establecimiento de nuestra infancia. Probablemente, ese local estaría regentado por un autónomo, sin embargo, el número de negocios dirigidos por nuestros comerciantes ha descendido de forma sustancial. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hoy son medio millón los que aguantan a día de hoy.

Respecto a datos del último ejercicio, han descendido un 1,5% lo que se traduce en 7.584 trabajadores. Ante este dramático descenso, los profesionales del sector han acuñado un término con el que quieren sentirse fuertes: "resistienda".

Tiendas, personas y familias

La mayoría de los autónomos apuestan por ofrecer un producto de calidad y cercano con el cliente. Además, venden el producto a un precio más económico respecto al que podemos encontrar en otros comercios, véase las grandes cadenas de distribución o las corporaciones que venden de manera electrónica. Un ejemplo de esta extinción son los bares de pueblo o de carretera, los cuales han bajado sustancialmente.

La escalada de precios en la factura de la electricidad y la subida de los carburantes y las materias primas en el último año, ha supuesto un gran golpe a la línea de flotación de los autónomos, lo cual se ahonda gracias al cambio de paradigma en el consumo y compra de productos mundial.

La vértebra del barrio

El comercio también ha hecho una gran labor social en la cohesión y construcción de los barrios a lo largo de toda España. Todos nosotros, conocemos al carnicero o al frutero de dos calles más abajo o también, conocemos a sus hermanos o a sus hijos. Este conocimiento también es mutuo, ya que muchos minoristas al conocer a sus clientes, se fían de ellos y le aplazan el importe que deben para otra ocasión.

Son muchos los problemas que atañen al comercio de barrio: los horarios, su envejecimiento, el escaso interés... Sin embargo, es una lástima que se apaguen estos locales, que en épocas pasadas, levantaron nuestro país.