Energía

El petróleo corre a los 100 dólares y asfixia a los consumidores

La AIE alerta de un importante déficit de oferta por los recortes de Rusia y Arabia. El barril ya está a 94 dólares

Un camionero reposta combustible en una gasolinera Cepsa
Un camionero reposta combustible en una gasolinera CepsaGonzalo Pérez MataLa Razón

El precio de los combustibles vuelve a las andadas y ya se alzan voces, como las de los transportistas, que piden recuperar las bonificaciones de 20 céntimos el litro. Y es que, cuando aún nos estamos recuperando de las alzas veraniegas generadas por el aumento de la demanda ante el pico anual de desplazamientos en coche, los carburantes vuelven a la carga por las réplicas en los mercados petroleros.

El «rally» alcista es del 27% desde mediados de junio, cuando el barril estaba a 74 dólares, y del 14,6% en lo que va de año, con el precio del barril de crudo Brent, de referencia en Europa, a 94 dólares desde los 82 dólares en los que cerró 2022. El rango medio de cierre del año apunta a una fuerte subida que dejaría el precio del barril en los 85,5 dólares. Un alza especialmente pronunciada en el último semestre, con la mayoría de expertos apuntando a un precio de cierre del barril en 100 dólares o incluso superando esa barrera psicológica a finales de año. Así lo pronostican, entre otros, Bank of America.

El efecto dominó provoca que los carburantes no den tregua y encadenen 10 semanas consecutivas al alza. Según los datos registrados por el Boletín Petrolero de la UE en la semana del 5 al 11 de septiembre, los carburantes se han encarecido hasta el 13,55%, con la gasolina sumando su precio más alto (1,735 euros el litro) desde finales de julio de 2022 y el diésel (1,634 euros el litro) desde principios de febrero.

Y no parece que la tempestad alcista vaya a amainar. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) anticipa «un importante déficit de oferta» de petróleo hasta finales de año como consecuencia de la decisión, a comienzos de mes, de Arabia Saudí y Rusia de mantener hasta entonces los recortes en su producción. El organismo advierte del riesgo de una mayor volatilidad por las escasas reservas.

En su informe mensual sobre el mercado petrolero publicado esta semana, la AIE confirmó sus previsiones de un crecimiento de la demanda global este año en 2,2 millones de barriles diarios hasta 101,8 millones, ampliamente por encima del anterior récord de 2019. De hecho, en junio la demanda mundial ya alcanzó el máximo histórico en un solo mes, de la mano sobre todo de las necesidades de China, que este año aportará un crecimiento de 1,6 millones de barriles diarios (el 75% del total), así como de la recuperación del queroseno de aviación y de la industria petroquímica.

La progresión de la demanda se ralentizará el próximo año, con un alza esperada de poco más de 990.000 barriles diarios, hasta un nuevo récord de 102,8 millones y una vez más China será de largo el principal tractor, al absorber 640.000 barriles diarios más (casi dos tercios del total). El vigor de la evolución en China proviene del sector petroquímico, que a escala mundial va a suponer en torno a la mitad del crecimiento este año y un 62% en 2024.

Los expertos explican que, teniendo en cuenta el asentamiento del teletrabajo, sobre todo en países desarrollados, como Australia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, donde se ha estimado que hay entre 1,3 y 1,7 días a la semana, eso permite evitar el consumo de unos 800.000 barriles diarios en los desplazamientos en vehículo de casa al trabajo. Por sí solo, EE UU representa unos 500.000 barriles diarios.

Bloqueo ruso-saudí

El verdadero motivo de preocupación para la AIE está por el lado de la oferta, y en concreto por la decisión de Arabia Saudí y Rusia a comienzos de mes de ampliar el recorte de producción de 1,3 millones de barriles diarios hasta finales de año, lo que conduce a «un déficit sustancial».

El bloque formado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) ha recortado sus exportaciones en 2 millones de barriles diarios entre enero y agosto por los anunciados recortes de Riad y Moscú, que se han visto sólo en parte compensados por las extracciones adicionales de Irán (600.000 barriles diarios). Si en agosto, la OPEP+ colocó casi 51 millones de barriles diarios al mercado, la AIE estima que podría producir unos 200.000 más gracias a Kazajistán y Nigeria. En el conjunto del año, sus extracciones serían unos 500.000 barriles diarios menos que en 2022.

De esa forma, serán los países productores que no pertenecen a ese cártel los que deben permitir compensar esa evolución negativa y responder al incremento de la demanda, con un aumento de 1,9 millones de barriles adicionales entre enero y agosto, sobre todo por los niveles de extracción récord de Estados Unidos y Brasil.

Reservas bajas

La AIE considera que el fin de los recortes saudíes y rusos a comienzos de 2024 debería dar lugar entonces a un superávit en el mercado y una caída del precio, pero persisten las incertidumbres ante el bajo nivel de las reservas.

La razón es que en agosto se redujeron en 76,3 millones de barriles para quedarse en el nivel más bajo de los últimos 13 meses. En la OCDE, pese al aumento de esas reservas en julio con 26,7 millones de barriles más hasta 2.814 millones, estaban 102,6 millones por debajo de la media de los últimos cinco años. Ante el riesgo de un incremento de la volatilidad, la AIE afirma que eso «no beneficiaría ni a los productores ni a los consumidores, dada la fragilidad del entorno económico».

En cualquier caso, la estrategia de tensionar el mercado no tiene visos de aflojar, ya que está dando pingües réditos a Rusia. Moscú ingresó 17.100 millones de dólares en agosto por las exportaciones de petróleo, un aumento de 1.800 millones en un mes porque los recortes en la producción que ha aplicado con Arabia Saudí se vieron ampliamente compensados precisamente por el mayor precio.

«La demanda de crudo supera los 100 millones de barriles al día en lo que va de año, lo que hace que la producción esté al límite para satisfacer esta demanda. Los países de la OPEP, en general, están aumentando su producción, pero Arabia Saudí está haciendo lo contrario, creando tensiones», indica Philippe Waechter, economista jefe del gestor financiero francés Ostrum AM. Por ello, «el precio del petróleo Brent podría acercarse rápidamente a los 100 dólares por barril, que es el precio medio observado durante todo el año 2022», añade.

Mientras el mundo trata de soltar lastre del los hidrocarburos y la AIE avanza que el pico de la demanda de gas, petróleo y carbón llegará en 2030, antes de lo esperado, avanzando el declinar de la adicción al crudo y el fin del reinado de la OPEP, los grandes productores con Arabia y Rusia a la cabeza no dejan pasar la oportunidad de seguir exprimiendo sus recursos y los bolsillos de los consumidores de todo el mundo.