
Agricultura
El precio del aceite virgen extra en Italia más que duplica al de España
La producción de almendra subirá debido a las nueva plantaciones

El precio medio del aceite de oliva virgen extra está mucho más caro en Italia que en España, según los últimos datos facilitados por la Comisión Europea a fecha 28 de mayo. En concreto, en nuestro país era de 392,1 euros por cada 100 kilos, lo que suponía un recorte del 49 por ciento con respecto a las cifras del año anterior; mientras tanto, en Italia el precio medio era de 955,3 euros, lo que supone bastante más del doble que en España. Finalmente, en Grecia la cotización media era de 405,3 euros por cada 100 kilos. En el caso del aceite virgen, España era también el Estado miembro en el que estaba más barato, cotizando a 332,9 euros, con una pérdida del 52 por ciento respecto a hace un año; en Grecia se alcanzaron los 347,5 euros y en Italia se llegó a los 682 euros. Por el contrario, en la última de las categorías, la de los aceites lampantes, el precio más alto es justamente el registrado en España, con 298,1 euros por cada 100 kilos, acumulando un descenso anual del 54 por ciento; en Grecia se llegó a los 256,7 euros y en Italia se registró la cifra más baja en este caso, con 250 euros de media y una pérdida anual del 59 por ciento.
Mientras tanto, las previsiones de producción de cara a la próxima campaña son buenas debido a las lluvias de los últimos meses, lo que ha permitido que los olivos de las zonas más importantes se recuperasen tras la sequía de los últimos años. Por otro lado, la floración de los árboles ha sido la adecuada, lo mismo que el cuajado del fruto. Tan solo cabe reseñar que el calor de la última semana, con temperaturas más elevadas de las que corresponderían a estas fechas, ha provocado algún daño en el cuajado en las zonas más tardías. Finalmente, durante la semana pasada los precios en el mercado interior español no tuvieron una tendencia clara. Los del aceite extra se situaron entre 3,5 y 4 euros por kilo dependiendo de las zonas.
Almendra
Por otro lado, días atrás se han conocido las primeras previsiones de la producción de almendra para este ejercicio. Según las estimaciones de las organizaciones y las cooperativas se podrían llegar a las 127.000 toneladas, lo que supondría un aumento del 5 por ciento respecto a la obtenida el año pasado y del 34 por ciento en relación con la media alcanzada durante las cuatro últimas campañas. Esta recuperación de la producción se debe al aumento de la superficie que se ha registrado en los últimos años y a que una parte de las nuevas plantaciones ha entrado ya en producción. La superficie productiva se sitúa en algo más de 609.000 hectáreas, un 10 por ciento más de la que existía el año pasado. El incremento ha sido de 56.000 hectáreas repartidas entre las de secano y las de regadío en distintas zonas, que se ha concentrado en Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Según las mismas fuentes, la cosecha de las nuevas plantaciones con sistemas intensivos o superintensivos servirá para compensar algunos problemas que se registraron durante el proceso de polinización y cuajado, lo que reducirá los rendimientos; también ha habido daños por granizo y la plaga de la avispilla. La superficie ecológica supera las 156.000 hectáreas, lo que supone el 26 por ciento de la superficie total.
La comunidad con más extensión dedicada al almendro y mayor producción es Andalucía. Castilla La Mancha es este año la segunda con 142.954 hectáreas, pero será la tercera en cosecha, ya que se espera recoger 25.817 toneladas. La segunda región en términos productivos será Aragón, con 28.876 toneladas, aunque es la cuarta en número de hectáreas. Un problema común en ambos sectores, el olivar y el almendro, es la diferencia de rendimientos y de costes entre las explotaciones tradicionales y las nuevas que se han plantado en los últimos años. Estas últimas tienen unos gastos más bajos con una producción por hectárea más elevada, lo que las hace mucho más rentables que las situadas en zonas tradicionales, en pendiente o de montaña, que, eso sí, tienen un alto valor agroecológico.
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