Economía

S&P prevé un crecimiento en España del 1,8% para 2024 y una inflación del 3,1%

El IPC no volverá al 2% antes de 2025 en la Eurozona y el BCE recortará tipos en 75 puntos este año, según la agencia

Fachada Banco de España
Fachada Banco de España Alberto R. RoldanLa Razon

S&P Global Ratings prevé que la economía española crezca un 1,8% este año, muy por encima de la Eurozona (0,8%) y de otras economías europeas como la alemana (0,5%), mientras que la inflación se podría moderar hasta el 3,1% aunque la subyacente seguiría siendo "bastante persistente".

Así lo ha indicado este jueves el director de Ratings Soberanos, Marko Mrsnik, durante la presentación del informe anual de perspectivas de la agencia "Economic Outlook 2024", donde ha destacado que "a corto plazo", las perspectivas económicas en la zona euro son "débiles" pero que se espera una mejoría en la segunda parte del año. Detrás de esta situación estarían cuestiones como el aumento de los salarios y la desinflación, que impulsan el gasto del consumidor; una inversión pública "en aumento" por los fondos europeos; y una primera temporada turística "normal en cuatro años".

"España se ha comportado mejor de lo esperado –en comparativa europea de PIB–", ha indicado Leandro de Torres Zabala, director gerente y responsable del área analítica y de "ratings" corporativos de S&P para Europa, Oriente Medio y África. Esta circunstancia se debe al protagonismo del sector servicios, muy intensivo en mano de obra, y al buen comportamiento de los salarios. Esto ha hecho que en España los indicadores de confianza sean "relativamente sólidos", excepto en la industria.

Respecto al mercado de trabajo, este sigue siendo "muy fuerte" en toda Europa y el paro ha bajado, aunque en el caso de España y en el corto plazo, se espera un comportamiento "más débil", ya que las vacantes se han reducido. Aun así, S&P ha indicado que el mercado laboral se ha mostrado "muy vigoroso" y que la reforma laboral ha sido útil para reducir la temporalidad.

No obstante, Mrsnik ha insistido en que no se prevé una subida significativa del paro, que se mantiene en el entorno del 12% este año y los dos siguientes, según las previsiones de S&P, una tasa "muy alta" por lo que a su juicio, este asunto "sigue siendo un problema".

También ha hecho hincapié en que la producción se está normalizando en la zona euro, que los problemas con las cadenas de suministro han quedado "resueltos" y que los precios de las materias primas han bajado, al tiempo que la política monetaria funciona y, por tanto, la demanda está bajando por el endurecimiento de las condiciones de financiación.

En cuanto a la evolución de los precios, S&P prevé que el IPC medio anual en España cerrará este año en un 3,1% para moderarse hasta el 1,9% en 2025 y caer al 1,8% en 2026. Sobre el mercado de trabajo, la firma estima que la tasa de paro se situará en el 12,1% este 2024, y se reducirá ligeramente al 12% en 2025 y al 11,8% en 2026.

A todo ello se unen los fondos europeos, cuya ejecución está siendo "muy lenta" y hay "retrasos generalizados" en todos los países por tres motivos: la falta de personal, los nuevos procedimientos y la inflación.

S&P cree que en 2024 se va a producir una consolidación presupuestaria basada en la eliminación de las medidas que se han puesto en marcha por el Gobierno para paliar el impacto de la inflación, lo que llevará a España a cerrar el ejercicio con un déficit del 3,3% del PIB, cerca de la estimación del Gobierno (3% del PIB).

Déficit público del 3,2% este año

La deuda pública española cerrará, según sus cálculos, en el 106,1% del PIB, una cifra elevada, aunque S&P Global descarta problemas de financiación, y disminuirá hasta 2026, pero aún estará por encima de la barrera psicológica del 100%. Estiman un desfase en las cuentas públicas del 3,2% para este año, del 3,3% para el siguiente, y del 3% en 2026.

La inflación ya ha afectado a la recaudación tributaria, principalmente, a los impuestos indirectos, y la tendencia ha sido también "relativamente buena" del lado de los directos, como el IRPF. El mantenimiento o no de las ayudas para paliar la crisis inflacionista pesará sobre los niveles de déficit.

En el caso de las comunidades autónomas de régimen común, es reseñable el crecimiento de sus ingresos por la mejoría de la liquidación del sistema de financiación previo y por las entregas a cuenta, lo que supondrá una oportunidad para consolidar sus resultados presupuestarios. Queda pendiente el alcance y el impacto que una condonación de deuda a las regiones pueda tener sobre las cuentas nacionales.

Preguntado sobre la situación política actual en España, Mrsnik ha reconocido que la "fragmentación parlamentaria" puede reducir la capacidad del Gobierno para poner en marcha reformas que hagan frente a desafíos, y ha citado como ejemplo la bajada del paro o del déficit.

Sin embargo, ha querido recordar que no es algo que ocurra solo en España, también se viven situaciones similares en Bélgica o Países Bajos, al tiempo que ha subrayado que más que la estructura del apoyo al Gobierno lo importante son las decisiones políticas que se tomen.

Mejora del rating con una reducción "contundente" de la deuda

S&P ha concluido que una reducción "contundente" de la deuda podría derivar en una mejora del "rating" de España desde sus niveles actuales de A/Estable/A-1. De forma opuesta, un incremento de la misma podría traducirse en rebajas.

Además, existen retrasos en la ejecución de los fondos europeos dado que la falta de personal chocaría con la elevada carga administrativa para tramitarlos y con la naturaleza de los proyectos a acometer.

Contexto europeo

La eurozona mantendrá un crecimiento reducido y avanzará un 0,8%, con alzas del PIB del 0,5% en Alemania, del 0,9% en Francia, y del 0,6% en Italia, según S&P. No obstante, a pesar de las "débiles" perspectivas, estas podrían mejorar a partir de la segunda parte de 2023, en función del mercado laboral, las expectativas de inflación y de las condiciones financieras. En este contexto, la agencia de calificación ve como escenario central una situación de "aterrizaje suave".

S&P aprecia signos incipientes de que los servicios podrían estar perdiendo dinamismo a nivel europeo, a la vez que la industria estaría "tocando fondo", particularmente en Alemania, después de haber regularizado sus inventarios y ajustar su producción a los nuevos costes energéticos.

A medio plazo, la situación debería mejorar, ya que la política monetaria debería ser neutra y la fiscal algo menos restrictiva. S&P cree que los fondos europeos deberían acelerarse y se aumentará el poder adquisitivo de las familias por la desinflación.

Sobre el coste de la vida, no se espera que la inflación vuelva hasta el objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo (BCE) antes de 2025. S&P ha avanzado que el primer recorte de tipos de interés se daría a partir de la mitad de este año en hasta tres bajadas que podrían sumar un recorte final de 75 puntos básicos.

Los principales riesgos a la baja serán que las tensiones geopolíticas escalen, el endurecimiento de las condiciones de financiación, que haya una recesión en Europa, que el sector inmobiliario se resienta o que la economía china se desacelere. Posibles disrupciones relacionadas con el cambio climático y cuestiones de ciberseguridad desempeñarán un papel a tener en cuenta.