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Profesionalidad, ambición y empuje

La Razón
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La mayor parte de los españoles que prestaban atención a cuestiones financieras a mediados de los 80 recordarán la primera foto de Emilio Botín asistiendo con su padre a la comida periódica de los presidentes de los grandes bancos. El Banco Santander era entonces el más pequeño de los grandes y donde se producía la llegada a la presidencia de una nueva generación.

Pero seguramente esos mismos españoles y muchos otros recordarán más que Emilio Botín, pocos años más tarde, abrió la puerta a algo hasta entonces desconocido para los españoles: una guerra de tipos de interés entre los bancos. Por primera vez los clientes de los bancos españoles eran tentados por precio. A partir de entonces, todo fue distinto en España, las comidas entre presidentes se habían acabado y el sistema bancario español se convertiría en uno de los más competitivos de Europa. Hoy, día del fallecimiento de Emilio Botín, su entidad, el Banco Santander, es la mayor de la zona euro y una de las únicas que mantiene su marca intacta.

En estas décadas, su personalidad y su figura se han hecho muy conocidos para los españoles, desde la demostración de que el acento no es crucial para trabajar y triunfar en inglés hasta un optimismo en el futuro de España, que siempre expresaba.

Reconocido como el más importante banquero de su generación en España y en Europa, ha llevado al Banco Santander a ser un jugador mundial.

Quienes trabajaban con él cuentan de su capacidad y sobre todo de su empuje. Nunca quedarse atrás. Así, siguiendo una tradición familiar, regularmente, año tras año, analizaba las operaciones individuales con los responsables de negocio y los responsables regionales españoles, que han tenido reuniones periódicas con el presidente para analizar operación por operación durante la crisis inmobiliaria. El presidente siempre estaba ahí y bajaba al detalle.

Apostó desde hace mucho tiempo por centrar la responsabilidad social corporativa en la educación superior. El esfuerzo en universidades del Banco Santander es uno, sino el mayor, del sector privado del mundo. Emilio Botín también fue un hombre comprometido con su tierra y con su país. Quienes hemos tenido responsabilidades públicas en estos años raramente teníamos llamadas de Emilio Botín, pero él siempre estaba disponible para respaldar institucionalmente a los gobiernos de uno y otro signo.

Profesionalidad, ambición, empuje son el recuerdo de Emilio Botín para sus conciudadanos. Cambió la realidad de su entidad bajo su presidencia y su capacidad para competir cambió un sector clave para España.