El PSOE negociará ceder a Cataluña el 100% de los impuestos y abre la puerta a un "cupo catalán"

Pedro Sánchez quiere seguir en su trono de La Moncloa cueste lo que cueste y para eso necesita los 7 votos, de 350, que controla un fugado de la Justicia. Durante estos días se escucha sin parar la palabra "romper" con cada anuncio de la negociación, felizmente culminada para Puigdemont. Romper España, romper la Constitución, romper la separación de poderes, romper la convivencia... pero también romper la caja común de Hacienda y la solidaridad entre territorios. Según el documento del pacto con Junts, el PSOE negociará con los independentistas la cesión del 100% de la recaudación de los impuestos a Cataluña y, a juzgar por cómo se ha desarrollado esta última negociación al dictado desde Waterloo, podemos casi darlo por hecho.

De esta forma, los socialistas abren la puerta a un «cupo catalán», como el que ya pagan País Vasco y Navarra para contribuir a la financiación de las cargas generales del Estado, que se quedan también los impuestos que allí se recaudan. Un peligro paso que puede perfectamente desembocar en que otras comunidades autónomas «pagadoras» –que aportan parte de lo que recaudan para financiar servicios en otras partes de España menos favorecidas–, como Madrid, reclamen el mismo trato de favor. Que no significa eso que lo fuese a conseguir, pues la arbitrariedad de Sánchez no conoce límites, como ha demostrado sobradamente.

Cómo será de escandalosa la situación, que hasta los Inspectores de Hacienda, un cuerpo de funcionarios tradicionalmente muy comedido en sus declaraciones y que suele mantenerse alejado de los rifirrafes políticos, han puesto el grito en el cielo. Denuncian que «se vislumbra de manera clara y evidente la ruptura del régimen constitucional actual en varias materias, entre las cuales se encuentra la financiera». Creen que esta situación «implica sin lugar a duda la ruptura del principio de igualdad entre todos los españoles recogido en el artículo 14 de la Constitución y permite la existencia, por la vía de hecho, de comunidades autónomas de primera y de segunda», al tiempo que conllevan «implícitamente abusos de poder y de las instituciones del Estado». Más claro, agua. Porque al contrario de aquel famoso eslogan, si Puigdemont y Sánchez siguen por esta vía, Hacienda no vamos a ser todos, sino sólo algunos. Los que no tenemos los 7 votos que Sánchez necesita.