¿Qué ha sido del «Gorila» de Lehman Brothers?

El consejero delegado de Lehman Brothers, Dick Fuld, reconoce ser «el hombre más odiado de Estados Unidos» después de la caída del gigante estadounidense. Lo dijo por primera vez en una audiencia en el Congreso ante el Comité de Reforma y Supervisión del Gobierno.

Es un paria en Wall Street. Pero todavía se resiste a abandonar los juegos del corazón financiero de EE UU. Con su esposa Kathleen, creó Matrix Advisors en 2009, una firma de fusiones y adquisiciones. Atrás quedan las vacaciones en Ohio a las que obligaba a ir a sus empleados de Lehman, y las normas no escritas sobre cómo tenían que vestir. El resto de los ejecutivos de Lehman Brothers se fueron a trabajar a Barclays, el banco que les compró tras declararse en bancarrota el 15 de septiembre de 2008.

El presidente de Lehman, Bart McDade, y el «top» ventas Alex Kirk se marcharon a una firma de inversión, River Birch Capital. Poco después de la bancarrota, Fuld se quedó para ayudar a Álvarez & Marsal, la consultora encargada de poner en orden el desastre.

Ahora en su nueva firma dice trabajar más de sesenta horas a la semana. Poco después de abandonar Lehman renovó su licencia de piloto, y la pesadilla de la caída de este banco para él no es más que algo del pasado. También ofrece consultorías «pro-bono» a bancos de inversión. Todavía así, nadie puede en Wall Street o entre sus antiguos amigos o enemigos explicar con claridad qué hace exactamente. Menos, citar alguna operación redonda de éxito en los últimos años. Todavía se le puede ver en los restaurantes y hoteles donde suelen acudir los banqueros en Manhattan, como San Pietro o el hotel Four Seasons. También asiste con su mujer, como antes, a las fiestas del Museo Metropolitan. Pero ya no les tratan igual.

A Fuld le llamaban el «Gorila» los banqueros y sus empleados por su comportamiento agresivo. Cabeza de la compañía durante 15 años, es el ejecutivo que más tiempo ha estado al frente de una firma en Wall Street. Empezó como becario. Poco después se hizo un nombre en la Bolsa con sus políticas de aniquilar a los competidores. Para él, las burbujas eran simplemente algo en la rutina de los ciclos de la Bolsa. Pero nunca ha aceptado ser el último ejecutivo de Lehman Brothers, un banco que ayudó a construir. Su dinero desapareció con su caída, ya que tenía acciones en la compañía. Ahora sólo tiene una pequeña fracción de su fortuna, que en los buenos tiempos llegó a sobrepasar los 1.000 millones de dólares. En 2007, ganaba un sueldo de más de 22 millones. Incluso así, cuenta todavía con alrededor de cien millones de dólares.

Pero sí, los buenos tiempos del Lehman son cosa del pasado. En un vídeo interno de la compañía, dijo en una ocasión: «Soy blando, adorable. Pero lo que quiero hacer es acercarme a ellos, arrancarles el corazón y comérmelo antes de que se mueran». Poco más se sabe de Fuld, que se recluyó en su mansión de 19 millones de dólares de Ohio en el valle del sol.

El domingo 14 de septiembre de 2008, Lehman, su banco, era el cuarto de inversiones de Estados Unidos. Aquel fin de semana los empleados se fueron a sus casas tranquilos. El 15 de septiembre de 2008, lunes, cuando llegaron las noticias de que Lehman Brothers se había declarado en bancarrota, muchos no supieron qué hacer.¿Iban a trabajar o no? ¿A ver qué les decía el «Gorila»? Entonces, Lehman descendió en caída libre en la Bolsa. Sus acciones no servían. Fue rebajado por las agencias de crédito poco minutos después. Ya ni siquiera los trabajadores de Lehman eran de Lehman. Eran de Barclays, que les acababa de absorber. Muchos lo perdieron todo. Pero no el «Gorila». Aunque para él las cosas ya no serán igual que antes.