Opinión

¿Qué pasa con los tipos de interés?

Cuatro preguntas con respuesta para saber más sobre la bajada de tipos del BCE

European Central Bank (ECB) President Christine Lagarde addresses a press conference following the meeting of the ECB Governing Council in Frankfurt am Main, Germany, 25 January 2024.
Christine Lagarde, presidenta del BCERONALD WITTEK EFE/EPA

Cuando se registra una bajada de los tipos de interés, se valora positivamente tanto si el escenario económico es de ralentización -se reducen para animar la oferta-, como si la economía está creciendo -se favorece la demanda de bienes y servicios-. Precisamente, fue la inflación surgida a principios de 2022 -debido a que no se habían recuperado del todo las cadenas de suministro tras la pandemia, a los cambios en los precios energéticos, y por la invasión de Ucrania- que obligó al BCE a subir los tipos de interés paulatinamente desde el 0,0% hasta el 4,5%; y es en este momento, desde que en octubre de 2023 la inflación de la eurozona comenzó a situarse por debajo del 4%, siendo ahora del 2,6%, cuando el BCE se ha inclinado por aplicar esta modesta reducción sus tipos de interés de referencia.

¿Podría haberlos bajado más habida cuenta del nivel al que han llegado y de una inflación “controlada”? Tal vez, sin embargo, no podemos olvidarnos de dos factores importantes: por una parte, la inflación todavía no ha llegado al 2,0% -que es la que se corresponde con el mandato del BCE-, y de hecho en mayo sufrió un incremento -del 2,4% de abril pasó al 2,6%-, y por otra parte, el BCE se ha adelantado a la Reserva Federal a iniciar los recortes de tipos de interés, al contrario de lo acontecido en el pasado con las subidas.

¿A quién beneficia una reducción de los tipos de interés? Indudablemente a un espectro amplio de la sociedad, en primer lugar porque en términos de economía real, el precio de los insumos están subiendo a unas tasas moderadas, lo cual ya se ha percibido en los últimos meses -no obstante, el efecto “escalón”, si bien llegamos a subir algunos del 10%, como ocurrió a finales de 2022, mientras que ahora, aunque seguimos subiendo, los escalones son más bajos, esto es, en torno al 2,5%-, y en segundo lugar, desde la perspectiva de la economía financiera, los primeros beneficiados son los sectores más endeudados -administraciones públicas, empresas, y familias, especialmente las más jóvenes-, especialmente si sus préstamos estaban referenciados a un tipo de interés variable.

Adicionalmente, las empresas pueden desbloquear decisiones de inversión al saber que el coste de financiarlas decrece. E incluso los ahorradores pueden aprovecharse de la bajada de tipos de interés, en los casos que posean renta variable -por ejemplo, acciones de empresa vía fondos de inversión o planes de pensiones-, debido a que ahora el denominador al que se deflactan los flujos de caja es más bajo, y por consiguiente el valor se eleva-, o incluso algunos activos de renta fija siempre y cuando no se trate de un depósito bancario a tipo variable. En el lado perdedor, además de una parte de los ahorradores (depositantes), nos podemos encontrar con los importadores, como consecuencia de que una reducción de los tipos de interés normalmente produce una devaluación de la moneda, lo cual es mas probable si la otra moneda no rebaja los suyo simultáneamente, tal como estaría dándose ahora al haberse adelantado el BCE a la Reserva Federal.

¿Se va a percibir significativamente esta rebaja del precio del dinero? En mi modesta opinión, bastante poco, no tanto por ser mínima, sino porque los agentes económicos estaban esperando (“descontando”) que los tipos de interés tendrían que reconducirse en paralelo con la inflación, y como están obligados a estimar qué va a suceder en el futuro, en sus operaciones van reflejando dichas previsiones. A resultas de ello, hemos asistido a una caída del euribor desde un promedio del 4,0% en noviembre de 2023 al 3,7% de las últimas semanas; es decir 30 puntos básicos frente a los 25 del tipo de interés del BCE.

¿Qué podemos esperar? Siempre y cuando el contexto internacional sea neutro, y por tanto no arroje sospechas de incremento en los precios de las materias primas, la inflación irá acercándose al 2,0%, lo cual permitiría al BCE confirmar la senda de recortes, en el tipo de interés de referencia, una vez más en este año (septiembre), o incluso dos.