¡Qué vienen los hombres de negro!

Existe un cierto prejuicio sobre la labor que los llamados “hombres de negro” desempeñan, aunque la realidad difiere mucho de la de la famosa película Men in Black. En la práctica, se trata de tecnócratas que valoran el cumplimiento de alguna de las obligaciones contraídas por un país, de cara a la consecución de financiación.

En los países receptores de dinero del Fondo Monetario Internacional eran temidos por su dureza en la exigencia de mantenerse en el rango de parámetros macro, negociados por su gobierno y el organismo internacional. Hoy en día, además del FMI, las instituciones de la Unión Europea también tienen sus propios “hombres de negro”, famosos especialmente en Grecia y vinculados a fuertes recortes como, por ejemplo, las pensiones.

En la actualidad, los que nos visitan son los representantes europeos que vienen a valorar la ejecución de los fondos europeos vinculados a reformas estructurales. Por ello, no son previsibles grandes sorpresas y sí nuevos requerimientos. De hecho, ya han hecho saber que están preocupados por “la ausencia de metodología, la falta de transparencia y otras dificultades para que la UE verifique el uso de los fondos”, en palabras de Monika Hohlmeier, presidenta de la Comisión de Control Presupuestario de la Eurocámara.

En verdad, que un organismo externo verifique el grado de cumplimiento no debería ser preocupante. Lo que ocurre es que, previamente a la visita, ha habido cruce de misivas y, lo que es peor, se ha hecho público su contenido, por lo que la visita es “interesante”. Recordemos que para las instituciones europeas la confidencialidad en estos asuntos es clave.

Lo cierto es que las preocupaciones de Hohlmeier son las de muchos: el criterio con el que se están asignando unos fondos frente a otros parece evidente que no acaban de generar sinergias en los sectores para los que estaban concebidos; la transparencia en la adjudicación y ejecución de estos fondos no acaba de convencer, aunque parece que el gobierno ha trabajado fuertemente; y se desconoce cómo se va a controlar el uso de los fondos en un país que ha delegado el despliegue de los dineros europeos entre las regiones.

A todo esto vienen los “hombres de negro”. Y, seguramente, harán recomendaciones al gobierno español en muchos ámbitos que no están funcionando bien en este ámbito.

Javier Rivas, profesor de EAE Business School