Crecimiento económico
Rajoy apuesta por un pacto del sur de Europa por el crecimiento
El Gobierno se propone sellar en los próximos días un pacto por el crecimiento entre los países del bloque del sur de Europa, con el nítido respaldo de Francia, que entierre definitivamente el dogma de la austeridad o lo condene al menos al ostracismo por una larga temporada. La sintonía con los mandatarios de Francia, Italia y Portugal es clara pese a las diferencias ideológicas entre todos ellos y el presidente del Ejecutivo está decidido a que sea el bloque mediterráneo, el que más está sufriendo las consecuencias de las políticas de extrema austeridad impulsadas desde el norte de Europa, quien impulse el cambio de rumbo en Bruselas.
A tal efecto, Mariano Rajoy recibirá hoy en el Palacio de la Moncloa al nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, para actualizar los acuerdos que ya se alcanzaron en su momento con su antecesor, Mario Monti. Ambas partes están de acuerdo en que con una mayor intensidad en las políticas de estímulo desde el Banco Central Europeo (BCE) y desde el Ejecutivo comunitario la prima de riesgo de ambos países puede volver a niveles mínimos de 2011 (175 puntos básicos el 11 de abril de ese año).
El Gobierno considera que el ritmo de reformas ha sido tomado en cuenta por los inversores internacionales, que ya están regresando tímidamente, y que sólo esperan una apuesta contundente de la UE por el crecimiento para colocar sus capitales en España.
La determinación para romper las previsiones macroeconómicas y lograr un crecimiento más rápido que acelere la creación de empleo es absoluta y depende tanto de las nuevas reformas como de la voluntad de las instituciones europeas y, en particular, de Alemania, para lanzar un gran plan de estímulo en la eurozona e impulsar la unión bancaria.
A esta «alianza» se sumará el primer ministro portugués, el conservador Passos Coelho, con quien Rajoy se encontrará el próximo 13 de mayo en La Moncloa con motivo de la cumbre hispano-lusa. Portugal ha anunciado nuevos recortes que implican la reducción de 30.000 empleados públicos, el aumento de la edad de jubilación a los 66 años y la ampliación de la jornada laboral para los funcionarios de 35 a 40 horas semanales. Aun así necesita, y pide, más tiempo para mitigar el castigo a sus ciudadanos.
La coincidencia en que es necesario ralentizar el ritmo las medidas de austeridad ha quedado demostrada con la reciente prórroga de dos años concedida por Bruselas a España para cumplir con el objetivo del 3% de déficit en 2016, pero los países del sur de Europa pretenden poner fin a la era «del dogma de la austeridad», como se encargó de recalcar el ministro francés de Finanzas en una entrevista concedida con motivo del primer aniversario de la victoria de François Hollande.
«Ha habido un cambio de doctrina, de orientación, de rumbo. A partir de ahora, el crecimiento debe situarse a la cabeza de las prioridades», indicó el ministro en una entrevista televisada recogida por Efe, en la que señaló que Alemania «ha aceptado que en situaciones diferentes se apliquen políticas diferentes».
Frente a la austeridad, «que destruye el crecimiento y la creación de empleo», Europa buscará ahora políticas económicas que estimulen la economía, dijo Moscovici, quien sin embargo subrayó que los países deben mantener el control de las finanzas públicas.
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