Rajoy hará otro recorte del gasto por la revisión a la baja del crecimiento

El Gobierno celebró ayer la caída de la prima de riesgo a los 300 puntos básicos, por primera vez en los últimos 14 meses, como un síntoma de la creciente recuperación de la confianza de los inversores y como una prueba de que la situación económica empieza a cambiar de tendencia, aunque aún no haya resultados tangibles para los ciudadanos.

El Gobierno celebró ayer la caída de la prima de riesgo a los 300 puntos básicos, por primera vez en los últimos 14 meses, como un síntoma de la creciente recuperación de la confianza de los inversores y como una prueba de que la situación económica empieza a cambiar de tendencia, aunque aún no haya resultados tangibles para los ciudadanos. Esta mayor confianza se deriva, en buena parte, de la previsión de que los líderes europeos suavizarán las medidas de austeridad.

En una semana delicada para el Gobierno porque tiene que ejecutar la revisión a la baja de sus previsiones económicas y la corrección de los Presupuestos de 2013, los mercados sorprenden incluso en medios populares con una reacción al alza que también confirma, según Moncloa, que los inversores habían interiorizado ya esa modificación de las previsiones presupuestarias a partir de una nueva cifra de decrecimiento que superará el 1 por ciento.

Esto obligará a revisar las estimaciones de paro y de déficit, y a realizar un nuevo recorte del gasto público, como anticipó ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Estos recortes serán en algunas «partidas», sin tocar de nuevo el núcleo social y sin que lleguen a ser tan drásticos como los del pasado ejercicio. Pero, en cualquier caso, Rajoy rompió ayer con el que ha sido el eje del discurso económico del Gobierno durante las últimas semanas. Prácticamente desde el Debate del Estado de la Nación el equipo económico se ha centrado, tanto en público como en privado, en alimentar el mensaje de que ha llegado la hora de las políticas de crecimiento y de los estímulos a la inversión, con la Ley de Emprendedores, más créditos a las empresas, mejoras en la financiación, estímulos fiscales o recortes en la burocracia.

Tras reunirse con el primer ministro eslovaco, Rajoy volvió a conjugar el verbo «ajustar» y advirtió de que el empeoramiento de las previsiones, que contextualizó en el agravamiento de la situación europea, obliga a tomar de nuevo decisiones «que por duras que puedan parecer en un primer momento» son imprescindibles para no destruir el futuro. Éste es el mismo argumento que utilizó para justificar los otros recortes del gasto público que se han aprobado en esta Legislatura.

Rajoy restó importancia a esta corrección de la Ley de Presupuestos que entró en vigor el pasado 1 de enero porque «todo el mundo» ha tenido que modificar sus previsiones. Países como Reino Unido, Francia o Alemania; o instituciones como el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea. Las previsiones, comentó, «no tienen por qué acertar siempre y se pueden cambiar como lo hace cualquier país del mundo civilizado».

Desde Moncloa subrayan que España tiene que seguir haciendo esfuerzos para convencer a Bruselas de que se adoptarán las medidas necesarias para cumplir con los objetivos impuestos, y esto afecta a las pensiones y, previsiblemente, también a la revisión del compromiso de rectificar en el próximo ejercicio algunas de las subidas impositivas aprobadas, como la del IRPF.

Al respecto, el presidente dejó abierta la puerta a todo. Dijo que no quiere subir de nuevo el IVA o el IRPF, pero que depende del crecimiento y de la senda del déficit público para los próximos años. Y advirtió de que si se hacen recortes, no es por gusto, sino porque entiende que son «necesarios e imprescindibles».

El presidente respaldó la petición de la canciller, Angela Merkel, de ceder más soberanía a Bruselas, pero empezando por la unión bancaria y fiscal a la que Berlín está poniendo trabas.