Bankia

Rato: «Ninguna autoridad externa objetó los gastos con las tarjetas»

Destaca que las «black» formaban parte de su retribución y los pagos eran «completamente legales». Sánchez Barcoj: «Afortunadamente, no me han asignado lencería o clubes»

El expresidente de Caja Madrid Rodrigo Rato, a su llegada esta mañana a la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares.
El expresidente de Caja Madrid Rodrigo Rato, a su llegada esta mañana a la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares.larazon

Destaca que las «black» formaban parte de su retribución y los pagos eran «completamente legales». Sánchez Barcoj: «Afortunadamente, no me han asignado lencería o clubes»

Los gastos efectuados con las tarjetas «black» formaban «parte de mi retribución» como presidente de Caja Madrid; en ningún momento los «8 o 9 departamentos» internos de la entidad que velaban por esas cuestiones pusieron objeción alguna, como tampoco lo hizo «ninguna autoridad externa», como el Banco de España; y, por tanto, se trataba de un sistema retributivo «perfectamente legal» donde en ningún caso se trató de «infringir ninguna ley», ni por él ni por los demás usuarios de esos plásticos. Éstas fueron las líneas generales de la declaración de Rodrigo Rato ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la disposición, con esas tarjetas, de unos 12 millones de euros por los 65 acusados en nueve años.

Así, señaló que, cuando accedió a la presidencia de la caja, esas tarjetas ya tenían fijado un límite anual por su predecesor, Miguel Blesa, algo que mantuvo, no dudando en ningún momento de su legalidad. Junto a ello, incidió en que esas cantidades que tenían asignados los plásticos en cuestión formaban parte de la retribución de los usuarios; y donde, además, la caja contaba con un Comité de Retribuciones que era el que decidía los incentivos, mientras que el Comité de Medios era el órgano que debía conocer a quiénes se otorgaban.

De esta forma, aseguró que las tarjetas en cuestión eran «perfectamente legales y homologables a las que existían en el sector», donde en ningún en momento se dudó de ese sistema. «Eran gastos legales y deducibles» y en ningún momento tuvo motivos «para dudar de que no fueron parte de mi salario» las cantidades de las que, dijo, podía disponer libremente con esa tarjeta.

Nunca dudó de ese extremo, toda vez que, tal como aseguró, «ningún departamento –de la Caja– de los 8 o 9 que trataban el tema de las tarjetas me dirigió ninguna comunicación, ni verbal ni escrita», donde se le informara de que esas retribuciones tuvieran «ningún reparo, ni fiscal ni de ningún otro tipo». Si no recibió ninguna objeción por parte de los órganos de control interno de la entidad, tampoco el Banco de España, destacó, las planteó en ninguna inspección ni en las reuniones periódicas. Unas inspecciones, añadió, que han continuado hasta 2015, lo cual, afirmó Rato, «no ha dejado de sorprenderme».

Pero, además, aseguró que el entonces director general de la entidad, Francisco Verdú, tampoco percibió que «tuviésemos un problema legal» con las tarjetas, «ni me dijo nada» al respecto.

En cuanto a la contabilización de los gastos ocasionados con las tarjetas, Rato declaró que nunca supo cómo se llevaba a cabo, toda vez que «Caja Madrid disponía de unos departamentos muy grandes, unos auditores y la presencia constante del Banco de España», que eran los que tomaban las decisiones necesarias, e incluso esos gastos fueron «reconocidos» en algún finiquito.

Sobre los motivos por los que devolvió a Bankia una importante cantidad de dinero, lo justificó en que cuando recibió una llamada en la que se le decía que los gastos realizados en 2011 «no estaban bien sostenidos» y que algunos gastos personales podían encontrarse en la misma situación, opta por reintegrarlos porque «no tenía intención de discutir con Bankia sobre temas de dinero. Pregunté cuánto era y lo ingresé».

Barcoj: era parte del salario

Por otro lado, también declaró el ex director general de Auditoría, Medios y Financiero en Caja Madrid y Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj, quien aseguró que recibió su tarjeta «black» de manos del presidente de la caja entre 1996 y 2010, Miguel Blesa, y que se entendía como parte de su salario. Junto a ello, señaló que, pese a que se le atribuyen gastos en casinos, nunca ha entrado en ninguno de esos locales: «No he entrado en los casinos, soy un tío raro», eso sí, «afortunadamente, a mí no me han asignado lencería o clubes, por cierto, que me parece muy bien. Pero es el colmo».