Unión Europea

Reino Unido se alinea con Merkel y recortará gastos por 2.900 millones

Reino Unido se alinea con Merkel y recortará gastos por 2.900 millones
Reino Unido se alinea con Merkel y recortará gastos por 2.900 milloneslarazon

El ministro de Economía británico, George Osborne, anunciará hoy nuevos recortes por valor de 2.500 millones de libras (2.900 millones de euros).

Con excepción de los departamentos de Educación, Cooperación Internacional y Hacienda y Aduana, se espera una reducción presupuestaria del 2% en todos los ministerios, que deberá sumarse a la del 3% anunciada a finales del año pasado.El ministro de Economía británico, George Osborne, anunciará hoy nuevos recortes por valor de 2.500 millones de libras (2.900 millones de euros). Con excepción de los departamentos de Educación, Cooperación Internacional y Hacienda y Aduana, se espera una reducción presupuestaria del 2% en todos los ministerios, que deberá sumarse a la del 3% anunciada a finales del año pasado.

En definitiva, el mensaje para el próximo ejercicio fiscal no puede quedar más claro: el Gobierno de David Cameron sigue la «escuela de Merkel» y apuesta por continuar la era de la austeridad como única vía para salir de la crisis.

La intervención de hoy del «Chancellor» en la Cámara de los Comunes, donde presentará el próximo Presupuesto, ha creado cierta expectación entre los analistas. Y es que, a pesar de que el ministro conservador, apoyado por el «premier», siempre se ha negado a abandonar su denominado «Plan A» para atajar el déficit, existía cierto interés por ver si finalmente había sorpresas de última hora debido al panorama que afrontan las arcas públicas.

La pérdida de la triple A, la depreciación de la libra y las posibilidades cada vez mayores de atravesar una nueva recesión –sería la tercera en casi cinco años– son razones de peso utilizadas por la oposición laborista e incluso por un sector de las filas «tories», que demandan al responsable del Tesoro medidas de impulso económico. Pero Osborne no está dispuesto a dar su brazo a torcer y asegura que abandonar ahora la senda de la austeridad conduciría al país al «desastre».

«Quiero ser honesto: es un camino duro, más largo de lo que cualquiera de nosotros había esperado, pero estamos haciendo progresos», dijo. El problema es que la consolidación fiscal está poniendo freno al crecimiento, y la ausencia de brotes verdes comienza a crear especial tensión en el Partido Conservador, que tiene ya la vista puesta en las próximas elecciones de 2015.

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria pronosticó en diciembre un crecimiento para este año del 1,2%. Las previsiones de economistas independientes recopiladas por el Tesoro el mes pasado bajaron las expectativas al 0,9%. Y todo indica que hoy sea el mismo Osborne quien baje el baremo hasta el 0,7%. Eso supondría tan sólo una ligera mejora comparada con el 0,2% del año pasado.

Y no hay que olvidar que el Ejecutivo había prometido eliminar el llamado déficit estructural para 2015 y reducir la deuda en proporción al PIB al final de su mandato, todo ello conservando la máxima calificación. Pero ya han admitido que no van a conseguir ni una cosa ni otra.

Osborne confía en que el escenario mejore gracias a la política monetaria del Banco de Inglaterra, gobernado por Mervyn King, quien no descarta una reforma para romper el techo del 2% de la inflación (en febrero alcanzó el 2,8%). Algunas voces en la City han advertido sobre los riesgos recordando los efectos tan perniciosos de los años 70 y 80.