Reynés imprimirá su sello a la nueva hoja de ruta de Gas Natural

El recién elegido primer ejecutivo de la gasista quiere tenerla este semestre. Reclama «paciencia» a los inversores.

R. L. Vargas - Francisco Reynés se estrenó ayer como presidente ejecutivo de Gas Natural Fenosa lanzando un mensaje: ha llegado a la compañía para hacer las cosas a su manera. Durante la presentación de los resultados de 2017 de la compañía a los inversores, Reynés anunció que Gas Natural presentará su plan estratégico 2018-2020 antes de que finalice el semestre, coincidiendo con la junta de accionistas, y que la hoja de ruta ya llevará su sello. La gasista, dijo, lleva meses analizando las ventajas competitivas en los mercados en los que opera y su deseo es «poder ayudar a todo lo que se ha hecho con una cierta aportación de estilo personal».

Aunque ni el sector ni la empresa le son ajenos –pasó como director general de Recursos de la firma en 2006–, Reynés pidió «una cierta paciencia» a los inversores, ya que ahora le toca «aterrizar, escuchar y aprender un poco» antes de tomar decisiones. Regresa con mucha ilusión, dijo, a un grupo que ha sido capaz de hacer «una andadura sólida» en un sector «muy resiliente, a pesar de que puede parecer muy convulso».

En su breve interverción, Reynés eludió entrar en cuestiones como la presunta negociación de Repsol para vender el 20% que tiene en Gas Natural el fondo CVC, los contactos con la portuguesa EDP para una hipotética fusión o el posible relevo de Luis de Guindos al frente del Ministerio de Economía por Álvaro Nadal, responsable ahora de Industria.

Contra Nadal lanzó uno de sus dardos uno de los dos hombres a los que ha reemplazado Reynés, el hasta ahora consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca. La reforma que el Gobierno prepara para que las compañías asuman los costes de desmantelamiento de las centrales nucleares «no es razonable», dijo Villaseca. En su opinión, este cambio «afecta sustantivamente al sector nuclear» y es «extremadamente negativa» por la inseguridad que crea y la «imposibilidad» que tienen las empresas de generación de energía para resarcirse de su efecto.

Gas Natural cerró 2017 con un incremento de su beneficio del 1%, hasta los 1.360 millones de euros, cifra que cumple con los objetivos de su plan estratégico. Su resultado bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 3.915 millones de euros, con un descenso del 16,1% respecto a 2016, una vez reexpresado por la discontinuidad de los negocios de distribución y comercialización de gas en Italia, distribución de gas en Colombia, distribución de electricidad en Moldavia y generación eléctrica en Kenia. Sin dicho efecto, la caída sería del 8,8%.