Economía
¿Riesgo de crash?
Mientras Société Générale advirtió de que la bolsa en EE UU puede caer un 75%, las promesas de Draghi propiciaron fuertes rebotes.
Las bolsas pinchan. No entraron con buen pie en el nuevo año, que está siendo el más complicado de la historia. El selectivo español, por ejemplo, cedió un 13% en las primeras 13 sesiones, superando las pérdidas de todo 2015. Aunque luego encadenó dos sesiones de fuertes rebotes.
La sangría ha teñido de rojo la mayoría de los índices y no faltan los inversores que prevén un cataclismo bursátil. Los analistas de Société Générale temen una escabechina y resaltan el riesgo de otra crisis global. De hecho, han advertido de que la Bolsa americana puede caer un 75%. Desde Royal Bank of Scotland también demuestran pánico absoluto e instaron a «venderlo casi todo», excepto los bonos soberanos más seguros, frente a desplomes de la renta variable cercanos al 20%.
Riesgos, haberlos, haylos. China crece a su menor ritmo de los últimos 25 años, el crudo no deja de dar quebraderos de cabeza y la incertidumbre política no afecta únicamente a España, ya que este año se celebrarán elecciones en Estados Unidos, y la posibilidad de un Brexit (salida de la UE) en Reino Unido constituiría otro revés. Las acciones estadounidenses y europeas no subieron por la mejora de la economía, sino por una política monetaria extraordinariamente laxa. Y la actuación de los bancos centrales parece ahora algo desgastada –aunque las promesas de Draghi, junto al repunte del crudo, propiciaron fuertes rebotes en Europa–. Victoria Torre, analista de Self Bank, considera que las advertencias de Société Générale para la bolsa americana son un poco catastrofistas. Sus previsiones implican que el valor para el S&P 500 debería estar en unos 550 puntos, lo que supondría cotizar por debajo del nivel de 2009. Los últimos datos macroeconómicos han dejado un cierto sabor agridulce, pero el mercado laboral se muestra lo suficientemente sólido como para sostener el consumo. Torre admite que, debido a las múltiples incertidumbres, no será un año sencillo. Aun así, afirma que el escenario central tampoco contempla un desplome del calibre anunciado por el banco francés.
Albert Edwards, de Société Générale, considera que la carnicería que se avecina es un resultado indirecto del fracaso de la expansión cuantitativa de la Fed, y que esta «ilusión» de riqueza creada en los mercados empieza a desvanecerse. Lejos de que muchos crean que una caída tan frenética resulta imposible, Edwards recuerda que ni la Fed ni otros inversores supieron predecir la vulnerabilidad de la economía estadounidense hasta que Lehman quebró, en septiembre de 2008. Aunque las advertencias de este estratega pasen desapercibidas –lleva augurando varios años un hundimiento bursátil–, asegura que «la realidad saldrá a la luz en la próxima recesión, que podría estar ahora muy cerca».
La experiencia, que siempre es un grado, dice que no se puede descartar ninguna hecatombe en los mercados. Y es que otros crash sufridos demuestran que uno de los denominadores comunes de las crisis es que o no se vieron o se percibieron con insuficiente anterioridad. La analista de Self Bank defiende que no hay garantía de que China comience a presentar cifras más desalentadoras. Como tampoco la hay de que el barril de crudo caíga hasta los 10 dólares, como anticipan los más pesimistas. «No sabemos si Grecia conseguirá darle la vuelta a su difícil situación, o si un giro en la política del futuro gobierno de España puede condenarnos a la cuarentena por parte de los inversores», agrega. Si bien muchos expertos mantienen que este año será complicado, en general se descarta la idea de un crash bursátil. La tendencia es bajista, pero se espera un rebote. En España, a los problemas que sufren otros mercados se añaden las incertidumbres. «A corto plazo continuará la volatilidad, que podría disminuir si se despejan las incógnitas políticas», sentencia Torre.
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