Banco de España
La riqueza de las familias sigue bajando y cerró 2022 en 1,96 billones de euros
Desciende un 0,2% en el último año. La deuda de empresas y hogares se situó en 1,6 billones, un 3,1% por encima del nivel registrado a finales de 2019
Los síntomas de preocupación aumentan en los hogares españoles, que ven como poco a poco su riqueza financiera neta continúa en línea descendente. Así lo determinan las cuentas financieras publicadas por el Banco de España, que sitúa esa riqueza -que se obtiene deduciendo el pasivo de los activos financieros- en 1,96 billones de euros con el cierre 2022, lo que supone un descenso del 0,2% en el último año, una caída moderada que se refleja también en la bajada de la deuda de los hogares, que ha atenuado su peso sobre el PIB al 53%, frente al 58,4% de un año antes. La cifra de los activos financieros netos de las familias a cierre del cuarto trimestre equivale al 147,6% del PIB, 15 puntos inferior al del mismo periodo de 2021, pero como explica el organismo supervisor, esa caída se debe casi exclusivamente al aumento que experimentó el PIB el pasado año.
El saldo global de activos financieros -correspondiente al dinero en efectivo, las acciones, los depósitos y los valores en renta- de los hogares alcanzó en diciembre de 2022 los 2,73 billones de euros, en consonancia con la cifra de hace un año, equivalente al 205,4% del PIB, frente al 226% de un año antes. Sin embargo, durante 2022 se produjo una revalorización negativa de estos activos de 46.3000 millones de euros, solo compensada por la adquisición neta de activos financieros, que fue de 45.000 millones, básicamente por la aportación en depósitos y por las participaciones en el capital. Esto ha provocado que las operaciones financieras netas de empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas mostraran en los últimos cuatro trimestres un signo positivo -financiación neta otorgada- de 19.700 millones, equivalente al 1,5% del PIB, frente al 1,9% del PIB observado un año antes.
La financiación neta captada por las administraciones públicas en términos del PIB fue negativa, -4,9% del PIB, frente al -6,9% de diciembre de 2021, aunque aún supuso mayor financiación que la captada en diciembre de 2019 (-3%). La financiación neta otorgada por los hogares se redujo en 2022 hasta el 0,9% del PIB, desde un 4,4% en 2021. En el caso de las empresas (sociedades no financieras), la financiación neta aumentó hasta el 2,5% -frente a un 1,2% de un año antes-, mientras que las de las instituciones financieras se situó en el 3% del PIB, próximo al 3,2% del año anterior. Dentro de las instituciones financieras, la financiación provista por el Banco de España fue de un 0,2% del PIB.
En cuanto a la deuda de empresas y hogares se situó en 1,6 billones de euros a cierre de 2022, el 1,3% menos que el año anterior, pero un 3,1% por encima del nivel registrado a finales de 2019, antes de que comenzara la pandemia. En términos del PIB, esta ratio modera el endeudamiento hasta el 125,1%, por debajo del 139,4% que se alcanzaba en diciembre de 2021 y del 129,3% de 2019, una bajada porcentual que también tiene que ver con el mayor crecimiento de la economía. La deuda consolidada de las sociedades no financieras se redujo a 957.600 millones de euros desde los 978.100 millones que sumaba en diciembre de 2021, lo que, en términos del PIB, supone un endeudamiento del 72,2% frente al 81% de un año antes. Si se incluye en este cálculo la deuda entre empresas, la ratio en 2022 sería del 93,4%, también más baja que el 104,5% registrado en 2021. Asimismo, la deuda de los hogares e instituciones sin ánimo de lucro se redujo ligeramente de 704.200 millones en diciembre de 2021 a 702.000 millones de euros, lo que supuso un ratio sobre el PIB del 53 %, frente al 58,4 % del último trimestre del año anterior.
En el caso de las empresas, su deuda descendió en términos netos en 2.400 millones, importe al que se añadió el efecto de la caída de precios de sus valores emitidos de renta fija y de las otras variaciones en volumen, que fue de 14.700 millones en conjunto. Esta deuda es el resultado de unas operaciones netas acumuladas ligeramente positivas y unos valores negativos de los otros flujos que fueron superiores. La financiación consolidada recibida por las empresas y los hogares alcanzó los 461 millones de euros, lo que supuso un 0,03% en términos del PIB.
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