Huelgas
Ryanair no cede tras mil vuelos cancelados en quince días
La compañía de Michael O'Leary, aún sin solución al conflicto, se mantiene firme ante las exigencias de sus trabajadores y deja a más de 150.000 pasajeros en tierra en dos semanas
La compañía de Michael O'Leary, aún sin solución al conflicto, se mantiene firme ante las exigencias de sus trabajadores y deja a más de 150.000 pasajeros en tierra en dos semanas
Los pilotos de Ryanair en Suecia, Bélgica, Irlanda, Alemania y Holanda pararon ayer 24 horas en la mayor huelga de pilotos de la historia de la compañía irlandesa. Se anularon casi 400 vuelos, plantando en el aeropuerto a más de 67.000 pasajeros afectados.
Este parón europeo es el segundo al que se enfrentó la aerolínea en dos semanas, pues los sindicatos de tripulantes de cabina (TCP) de España, Italia, Bélgica y Portugal se movilizaron los días 25 y 26 de julio.
La situación que lleva experimentando la compañía desde hace dos semanas, con el comienzo de la primera huelga, ha provocado que la aerolínea de bajo coste pierda un 20% de su valor en bolsa, ya que entre ambos paros se han cancelado más de 1.000 vuelos, dejando a 150.000 pasajeros en tierra en el plazo de dos semanas.
En esta ocasión, Ryanair canceló 396 vuelos para reducir los efectos de la huelga. En total, suspendió 104 vuelos con destino a Bélgica, 22 con dirección a Suecia, 20 con conexión a Irlanda y 250 con llegada o salida a Alemania. En lo referente a Holanda, que se sumó al parón a última hora del jueves, la aerolínea no canceló ninguno de los 22 vuelos susceptibles de ser anulados, al contratar pilotos externos para cumplir con los servicios.
La compañía irlandesa contactó con los pasajeros afectados para informarles de los trámites necesarios para la devolución del importe del billete o la reubicación en otros medios de transporte. A pesar de ello, el ministerio de Fomento recordó que la cancelación de vuelos por huelga del personal de la propia compañía no es una circunstancia extraordinaria, por lo que la aerolínea está obligada a pagar compensaciones de entre 250 y 600 euros, según la distancia, al no haber avisado con un plazo de dos semanas de antelación. Esto ya ocurrió en el anterior parón, en concreto en España, donde se creó la plataforma En-Colectivo con el propósito de agrupar en una reclamación conjunta por un valor de 40 millones de euros a los más de 80.000 pasajeros de Ryanair afectados el 25 y 26 de julio.
España se vio especialmente afectada, ya que de los 396 vuelos cancelados, 82 tenían origen o destino a aeropuertos españoles, siendo gran parte de las incidencias procedentes de Alemania. En total, 14.000 pasajeros se vieron afectados por la suspensión de vuelos.
Las primeras convocatorias de huelga se produjeron a principios del mes de agosto, en el lapso de un día. Durante la semana pasada, los pilotos holandeses y alemanes anunciaron su intención de ir a la huelga, pero no dieron fecha porque su legislación les permite convocar paros con poco margen de tiempo: 24 horas en el caso de Alemania, y 12 horas en Holanda. Así, el sindicato sueco SPF fue el primero en convocar los paros, seguido un día después por el CNE belga y el IALPA irlandés, que convocó cuatro paros en su país a lo largo del año.
Por su lado, los pilotos alemanes dieron un ultimátum a Ryanair para que presentara una oferta «negociable» antes del pasado lunes, pero ante la negativa decidieron formalizar su participación el miércoles. El sindicato VNV de Holanda también convocó huelga el miércoles, pero lo hizo después de que Ryanair pidiera medidas provisionales a la justicia holandesa para frenar a los pilotos, por lo que no fue hasta este jueves, después de que el juez fallase a favor del sindicato, cuando se confirmó que los pilotos de los Países Bajos pararían junto a sus colegas.
El mayor motivo de los trabajadores para movilizarse fueron los escasos avances en materia laboral. Demandaron que se aplique la legislación local del país de procedencia de los trabajadores, la misma razón que llevó a los tripulantes de cabina a convocar paros. Además, los sindicatos consideraron «irrespetuosa» la actitud que la aerolínea mantiene con sus empleados, amenazando con recortar la flota y despedir empleados a partir de la temporada invernal.
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