Opinión
Sánchez quiere pasar el ajuste fiscal a las comunidades autónomas
La Administración Central acumula a septiembre un desajuste de 23.211 millones; las regiones, 509 millones
El gobierno de Sánchez se enfrenta a un problema fiscal autoinfligido. Cualquiera que no viva de expoliar a los que producen debería entender que no se reduce la deuda aumentando los gastos e impuestos, y el gobierno de Sánchez ha vuelto a demostrarlo.
La deuda pública total -pasivos de las administraciones públicas, según el Banco de España- se sitúa en un récord de 2,028 billones de euros. Según el protocolo de déficit excesivo, un récord de 1,57 billones de euros.
La AIReF mantiene una previsión de déficit en el 4,1% del PIB a pesar del récord de ingresos y el impulso de los fondos europeos. Es decir, el gobierno ha sido incapaz de reducir el déficit de manera significativa en un año en el que ha vuelto a contar con el impulso del expolio récord a los que producen y contribuyen.
De hecho, la OCDE no se cree que España vaya a reducir el déficit al 3%, pero el objetivo es irrelevante porque lo único que ha “ayudado” a reducir el déficit en las estimaciones es una expectativa de inflación mayor y, con ello, un PIB nominal, el denominador de la ratio déficit/PIB, inflado. Es decir, no se reducen los desequilibrios, los maquilla una inflación persistente. Ya saben, la inflación, el impuesto escondido.
Si tenemos en cuenta los desequilibrios fiscales en una economía que rebota desde el colapso de 2020 y en el que el gobierno se ha beneficiado de aumentar los impuestos a la clase media, es improbable que se reduzca el agujero fiscal de cara a un 2024 en el que el gobierno no va a contar con el robo escondido de la inflación.
¿Recuerdan al gobierno que se vanagloriaba de controlar la inflación mejor que sus comparables? Pues la inflación anual en noviembre en España es del 3,2% con una inflación subyacente del 4,5%, mientras en la eurozona es del 2,4%, con la subyacente en un 3,6% según Eurostat y el INE.
El problema fiscal llega en 2024 porque el gobierno ya no va a contar con el efecto viento de cola de la inflación como impuesto escondido, ni de los fondos europeos y además se enfrenta a una economía en ralentización.
El propio gobierno, en su propaganda, ni se da cuenta de que difunde el estancamiento económico. Hace pocos meses nos decía que el crecimiento interanual era del 4% y ahora que es del 1,8%... ¿No se dan cuenta de que nos están difundiendo como buena noticia un desplome de la economía? Recuerden que incluso si España no creciera nada en el último trimestre de 2023 debería reflejar un PIB por encima del 2,3%.
La realidad es que el gobierno de España ha disparado la deuda en más de 325.000 millones de euros desde 2018 y que deja la tercera peor recuperación del PIB de la Unión Europea.
El año que viene el gobierno se enfrenta a un déficit que no bajará del 3% del PIB si la economía crece un 2%, pero si miramos los agregados monetarios podremos concluir que el efecto placebo de la inflación no les va a ayudar y el de los ingresos fiscales tampoco.
Lo peor de todo ello es que en 2024 no hay la menor intención de reducir el enorme gasto clientelar y político, así que el gobierno de Sánchez ya está preparando la excusa: Va a echarle la culpa a las comunidades autónomas, que están en su inmensa mayoría en manos del PP.
El gobierno no va a reducir en nada su gasto en ministerios, asesores ni mucho menos partidas fantasma como el gasto en Agenda 2030 y Asuntos Económicos, que suponen más de 10.000 millones de euros en un total de gasto político que supera los 35.000 millones de euros.
No podemos olvidar que el gran culpable del déficit en España es la administración central. El déficit de la Administración Central llegaba a 23.211 millones a finales de septiembre de 2023 y es un aumento masivo del 42% sobre la cifra de 2022.
Mientras, el déficit de las Comunidades Autónomas se ha reducido masivamente en las cifras oficiales a septiembre de 2023. La Administración Regional registra un déficit a finales de septiembre de 2023 de 509 millones, el 0,03% del PIB, frente al déficit del 0,46% del mismo periodo del año anterior.
Sánchez y Díaz no tienen el más mínimo interés en reducir el gasto político y todos sus acuerdos con Junts y el resto de los socios de coalición requieren más transferencias y aumento de gasto clientelar. Por lo tanto, con el final de los vientos de cola que disfrazaban los gigantes problemas fiscales de España, intentarán disfrazarlo con más subidas de impuestos y culpando a unas comunidades autónomas a las que quieren expoliar para enviar mayores privilegios a esas comunidades ricas que necesitan para mantenerse en el poder. Regresivo e injusto.
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