Opinión

Sanchismo, cohete de pobreza y expolio

España pasa de ser el sexto país de la UE en riesgo de pobreza y exclusión en 2019 al tercer puesto, tras Bulgaria y Rumanía

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razón

E s completamente falso que el Gobierno de Sánchez haya reducido la pobreza. Tras despilfarrar el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia de la democracia y decenas de miles de millones de fondos europeos, España pasa de ser el sexto país de la Unión Europea en tasa de riesgo de pobreza y exclusión en 2019 a ser el tercero tras Bulgaria y Rumanía con Sánchez, según datos de Eurostat.

Somos más pobres y España se sitúa a la cabeza de todos los rankings en pobreza infantil. La tasa de pobreza en España se sitúa en el 25,8% de la población hasta alcanzar a unos 12,5 millones de personas y la de pobreza infantil en el 29%.

Según un estudio reciente de EAPN, el riesgo de pobreza y exclusión social entre los menores de 18 años aumenta hasta el 34,6%. La tasa de pobreza infantil de España es la más alta de la UE, un 29,2%. Todo esto es más preocupante cuando el Gobierno ha disparado el gasto público en más de 170.000 millones de euros, un aumento del 35% con Sánchez.

Es evidente que ningún ciudadano serio percibe que los servicios o su vida hayan mejorado en nada a pesar de ese gasto descomunal. España es un ejemplo perfecto del mal del asistencialismo. Toda la política del Ejecutivo se ha dedicado a la propaganda y el maquillaje, y a gastar en subvenciones inútiles y contraproducentes.

El socialismo es un virus que perpetúa la pobreza al centrar su política en el expolio y confiscar la riqueza. La riqueza o se crea o se destruye, y lo único que han hecho ha sido dopar el PIB con inmigración, gasto político y fondos europeos. Tras endeudar al país en más de 450.000 millones de euros y dedicarse a disparar el asistencialismo, dejan un país de pobres crónicos. Hasta los medios oficiales del sanchismo alertan sobre el aumento de la pobreza crónica.

El asistencialismo, como explicaba Thomas Sowell, no reduce la pobreza, solo la perpetúa y la hace asumible. Estoy harto de leer titulares de propaganda sobre la magnitud y calado de las «políticas públicas». Se vanaglorian de haber subido el ingreso mínimo vital y de cubrir a más personas que nunca, que es lo mismo que celebrar que tienes cada vez más dependientes. La realidad es que el objetivo del socialismo nunca es reducir la pobreza, sino expropiar la riqueza, porque su objetivo no es el progreso sino el control.

¿Qué debe hacer la oposición?

Es momento de que la oposición recuerde una y otra vez que el socialismo nos ha empobrecido, ha hundido a la clase media y ha perpetuado la miseria despilfarrando centenares de miles de millones de euros. España ha sido gobernada por el socialismo durante más de dos décadas y es la prueba empírica de que la socialdemocracia es ruina y atraso.

Cuando se habla de pobreza tenemos que recordar la ingente cantidad de recursos con los que ha contado Sánchez, que ha recibido más de 500.000 millones en apoyo fiscal y monetario, además de fondos europeos. ¿Su estrategia? Elevar la dependencia y pobreza para que los desesperados ciudadanos les voten para recibir las migajas de lo que quede tras enriquecer a la cúpula política.

Mientras las empresas están ahogadas, las familias se empobrecen con la inflación, el impuesto escondido y los impuestos confiscatorios, la despreciable maquinaria de propaganda te repite la bobada de que tenemos récord de empleo, con la tasa de actividad estancada y las horas trabajadas por afiliado cayendo, y la sandez del «cohete», dopado por la inmigración y la deuda.

La gestión de Sánchez se puede resumir en tres palabras: despilfarro, empobrecimiento y expolio.

La oposición tiene que plantear a los jóvenes y familias de España una alternativa real, opuesta a la socialdemocracia ruinosa y que vaya mucho más allá de presentarse como el fontanero de la gotera del socialismo. La oposición debe derogar el sanchismo. Si se vuelve a caer en el error del gradualismo, todas estas cifras que la propaganda socialista oculta se le achacarán al nuevo gobierno.

¿No se lo creen? Recuerden que el socialismo tiene la caradura de repetir una y otra vez que la crisis de 2008 era culpa del PP y gobernaban ellos. La oposición tiene que presentar un modelo opuesto al estado depredador de Sánchez. No existe el centro entre el socialismo depredador y la defensa de la propiedad privada, la libertad de empresa y el crecimiento productivo. No existe la moderación entre la libertad y el expolio.

La oposición debe ser radical, porque no hay nada extremo en defender la libertad frente a la socialdemocracia depredadora. El problema de España es que el debate se ha escorado tanto hacia la ultraizquierda antisemita adoptada por el sanchismo que ya te han convencido de que «el centro» es el socialismo que ha hundido a Francia. No hay centro ni gradualismo cuando la extrema izquierda está en el gobierno.