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Se vende eléctrica: el mercado español se anima de nuevo

La Razón
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A pesar de que, según el Tratado de la Unión, la política energética es competencia de los estados miembros de la UE, existe una política energética europea, más o menos declarada, que impulsa la generación renovable, expulsando del mercado a la térmica convencional (carbón y gas).

Además, algunos de los socios comunitarios han decidido reducir, de una u otra forma, el peso de la generación nuclear (léase, en primer lugar, Alemania). Este escenario empuja a las «utilities» convencionales a optimizar sus estados financieros reordenando sus actividades y su expansión geográfica.

El valor en bolsa de algunas de esas empresas ha sufrido considerablemente en los últimos años. Tanto RWE como E.ON, por ejemplo, cotizan a menos de un tercio de su máximo bursátil de 2007. No es de extrañar que sean las empresas alemanas las primeras en emprender este camino de salida de países como España, en los que no habían conseguido alcanzar una dimensión que justificase su presencia. No otra es la clave principal de la puesta en venta de Viesgo, la mayor operación corporativa en el sector eléctrico español desde que se consumó la adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural.

Por el lado de la demanda, esta oportunidad ha atraído inversores de dos perfiles principales, una vez que la parte del león de la reforma regulatoria se ha completado y se puede prever estabilidad a medio plazo.

Por una parte, se trata de la última oportunidad en mucho tiempo de adquirir activos de generación térmica e hidráulica y de redes, lo cual explica que hayan acudido a la puja empresas españolas como GNF o Endesa.

La primera, por la posibilidad de aumentar su tamaño, tanto en generación como en distribución, en un mercado sin crecimiento orgánico. La segunda, por la misma razón, pero recuperando activos que conoce muy bien, pues fueron suyos antes que fueran traspasados a E.ON después de su adquisición por Enel.

Ambos casos tienen pleno sentido estratégico. En el caso de Endesa, además, si Enel continúa con la idea de sacar un paquete adicional a Bolsa, esta compra, de tener éxito, puede aumentar su atractivo.

Por otra parte, algunos fondos conocedores del mercado español que creen en la estabilidad regulatoria, también tienen interés en al menos en las actividades reguladas.

Es muy probable que unos y otros se guíen por criterios diferentes a la hora de valorar cada categoría de activos, por lo que las semanas próximas, hasta que se presenten las ofertas vinculantes, prometen ser muy interesantes.

*Presidente de Nereo Consultores y ex presidente de REE