Distribución

El sector textil logra su primer incremento de ventas tras la pandemia

Factura 10.658 millones en 2022, un 20% más que en el ejercicio previo, pero sigue muy lejos de los 18.000 millones de 2019

Reportaje tiendas mayoristas de ropa y complementos en el triangulo de la moda en Madrid
Escaparate de una tienda de ropa en MadridAlberto R. RoldánLa Razón

Progresa, aunque no lo suficiente. El sector textil cerró un año 2022 agridulce porque, aunque logró su primera mejora de facturación desde que estalló la pandemia, sus datos siguen todavía muy alejados de los que registraba antes del coronavirus. Las compañías textiles sumaron unas ventas de 10.658 millones de euros el pasado ejercicio, un 19,73% más que en 2021, según los datos recogidos en el informe "El comercio textil en cifras" de la patronal Acotex. Aunque porcentualmente se trata de un avance muy notable, en términos absolutos la cifra queda todavía muy lejos de los 18.000 millones de euros que estas compañías facturaron en 2019, año récord de ventas y que Acotex ve muy lejos de igualar todavía. "Nos queda bastante para recuperar esas cifras", ha asegurado Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, durante la presentación del informe. "Hablamos de crecer un 80%. No lo vemos ni en 2023 ni en 2024. Y no se trata sólo de recuperar las ventas, sino también la rentabilidad", según ha añadido. La patronal cree que la pandemia ha cambiado las preferencias del consumidor, que ahora prefiere disfrutar de la vida y gastar más en ocio, restauración o viajes, dejando a un lado la compra de ropa, lo que está complicando su recuperación. Muestra de este cambio de paradigma es el gasto en ropa de las familias, que se ha desplomado desde los 1.256 euros de 2019 hasta los 879 de 2022. Una caída que es todavía mayor si se compara con el máximo histórico de 2006, cuando alcanzó los 1.881 euros.

Incertidumbre

Lo que el sector atisba de cara a los próximos meses tampoco le hace ser excesivamente optimista. A pesar de que, hasta mayo, su facturación ha seguido creciendo un 3,8%, el pasado mes las ventas del sector se frenaron y retrocedieron un 5,7%. Aunque Zamácola ha asegurado que fenómenos como la climatología adversa que sufrió España tuvieron su peso en este retroceso, hay cuestiones de fondo que les preocupan y que no les conducen precisamente a ser optimistas. "El incremento de tipos, una inflación disparada, la guerra en Ucrania... son circunstancias que nos hacen pensar que lo que viene por delante no es muy optimista", ha resumido el presidente de Acotex, que ha asegurado que las marcas consideran que hay "muchas incertidumbres".

Entre los factores que Zamácola incluye como fuente de esas dudas está la convocatoria de las elecciones generales del próximo 23 de julio. El directivo de Acotex ha explicado que "por la experiencia que tenemos, los fines de semana en que hay elecciones, se paran las ventas". Pero más allá de ese paréntesis puntual que, según dice, las empresas pueden manejar, está el hecho de que una convocatoria de este tipo genera por sí misma incertidumbre en el consumidor respecto a lo que va a suceder después. Y eso retrae las compras en el corto y medio plazo.

A pesar de haber incrementado sus ventas, las compañías textiles continuaron el pasado ejercicio cerrando tiendas. El número de establecimientos del sector se redujo otro 1,55%, hasta situarse en 43.987, muy lejos de los 61.891 que tenía antes de la pandemia. Una reducción que Zamácola ha achacado al auge de la venta online -que, según sus datos, rondaría el 16% de la facturación- y a la necesidad de las compañías de reducir gastos para mejorar su eficiencia en un entorno de subida de costes. No obstante, la reducción de tiendas no ha supuesto destrucción de empleo, pues el número de trabajadores del sector aumentó un 0,96%, hasta los 165.423, cifra que de todos modos queda también bastante alejada de los 199.112 que tenía en 2019.