Comercio

La UE sigue la estela de EE UU y amenaza con imponer aranceles de hasta el 48% a los coches eléctricos chinos a partir del 4 de julio

Bruselas ha concluido que los fabricantes del gigante asiático gozan de una ventaja "desleal" por los subsidios que reciben de Pekín. Los aranceles se impondrán si China no ofrece una solución

Imagen de coches eléctricos recargando las baterias
Imagen de coches eléctricos recargando las bateriasJesús G. FeriaLa Razón

La UE se suma a la guerra comercial entre Estados Unidos y China anunciando este miércoles su intención de imponer aranceles adicionales de hasta el 38,1% a la importación de vehículos eléctricos desde el gigante asiático tras concluir que los fabricantes de este país gozan de una ventaja "desleal" por los subsidios que reciben de Pekín después una larga investigación antidumping iniciada en octubre de 2023. La subida, provisional, se aplicará sobre el arancel vigente del 10%, llegando a rozar en los peores casos el 50% en total. El Ministerio de Comercio de China se ha opuesto al anuncio y ha reclamado a la Comisión Europea que dé marcha atrás sobre esta decisión "infundada y proteccionista".

En una rueda de prensa al término del Colegio de Comisarios en Bruselas, uno de los vicepresidentes comunitarios, Margaritis Schinas, ha indicado que la investigación abierta por Bruselas ha confirmado la "desventaja ilegal" que "daña" al sector del coche eléctrico europeo y la decisión de tomar contramedidas. Según los resultados de la investigación, toda la cadena de suministro de vehículos eléctricos se "beneficia, en gran medida de subvenciones injustas en China" que "presenta una amenaza claramente previsible e inminente a la industria de la UE".

Schinas ha precisado que el Ejecutivo comunitario ha trasladado sus conclusiones a las autoridades chinas y pedido una "solución compatible" con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que, de no resolver la situación de manera "eficaz" en los próximos días, los aranceles empezarán a aplicarse de forma provisional a partir del 4 de julio, en la forma que decidan las aduanas de cada Estado miembro. Bruselas seguirá negociando mientras tanto con las autoridades chinas un acuerdo y su Pekín no ofrece un remedio los aranceles podrían ser definitivos a partir de noviembre. No obstante, la medida requiere también el visto bueno de los países de la UE.

En concreto, la Comisión Europea aplicará sobre el actual arancel de 10% otros adicionales que variarán en función del fabricante y de su colaboración en la investigación. Así, serán del 17,4% (27,4%) para BYD, del 20% (30%) para Geely y del 38,1% (48,1%) para SAIC. Otros fabricantes que han cooperado con los servicios comunitarios durante la investigación afrontarán un arancel adicional del 21% (31% en total), mientras que el resto que no han colaborado estarán sometidos al porcentaje más alto de 38,1%, lo que sumado al 10% inicial supondrá un arancel de casi el 50% del valor del coche.

Las tasas no afectarán a los vehículos eléctricos fabricados por esas compañías en las plantas situados en la UE y la Comisión señaló también que la empresa estadounidense Tesla podría recibir un arancel calculado de forma individual, tras la petición de uno de los fabricantes chinos.

"Nuestro objetivo no es cerrar el mercado europeo a los vehículos eléctricos chinos, sino garantizar una competencia justa", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, a quien el Gobierno letón confirmó ayer como su candidato a comisario en el futuro Ejecutivo comunitario tras las elecciones europeas.

La justificación de la Comisión Europea para iniciar la investigación es que el mercado de la UE ha sido inundado por vehículos eléctricos chinos fijados a precios "artificialmente bajos" por estar subvencionados. Los vehículos chinos tienen una penetración del 8% en el mercado comunitario -que podría duplicarse hasta el 15% en 2025 de continuar al mismo ritmo- y cuestan un 20% menos que los europeos, según datos de la Comisión Europea.

Los servicios comunitarios activaron la vigilancia de las importaciones para estudiar medidas tras observar entradas "masivas" de casi 200.000 vehículos entre octubre de 2023 y enero de 2024, lo que representa un incremento del 11% en comparación con el mismo periodo del año anterior, en términos de media mensual, y del 14% en comparación con el período equivalente entre octubre de 2022 y enero de 2023.

Por su parte, el Gobierno de EE UU anunció en mayo su decisión de aumentar los aranceles sobre las importaciones de bienes procedentes de China a partir del 1 de agosto. El mayor aumento cuadruplica la tasa arancelaria sobre los vehículos eléctricos fabricados en China del 25% al 100%, mientras que las tasas sobre las baterías de litio pasarán del 7,5% al 25% y las de los paneles solares aumentarán del 25% al 50%.

El Ministerio de Comercio de China ha acusado a Bruselas de exagerar los subsidios y de atacar a la competencia justa y el desarrollo verde, y le ha instado a corregir de inmediato sus "prácticas erróneas". "Esta investigación antisubvenciones es un caso típico de proteccionismo", declaró este miércoles Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China y advirtió de que el país tomará todas las medidas necesarias para "salvaguardar sus derechos e intereses legítimos". El gigante asiático responderá a los aranceles punitivos con un "ojo por ojo". Pekín está considerando aumentar temporalmente los aranceles sobre los automóviles de gran cilindrada de la UE y EE UU. Además, China también está llevando a cabo una controvertida investigación antidumping sobre las importaciones de un termoplástico muy utilizado por EE UU, la UE, Japón y Taiwán en su industria automovilística.

La respuesta comunitaria genera dudas entre algunos países de la UE, como Alemania o Suecia, que temen las consecuencias de una guerra comercial con el gigante asiático. Varios ministros del Gobierno de Alemania se han posicionado en contra de los aranceles y han pedido entablar conversaciones con el Gobierno de Xi Jinping para evitar una "guerra comercial". La decisión de la Comisión Europea de investigar las importaciones de vehículos eléctricos ya recibió duras críticas del canciller alemán Olaf Scholz, quien dijo una semana antes del anuncio de la investigación en septiembre que "la competencia debería impulsarnos a seguir adelante, no asustarnos".

"En los últimos tiempos, los líderes políticos de múltiples países europeos expresaron su oposición a la investigación de la Comisión Europea, argumentando que es incorrecto proteger a la industria europea aumentando los impuestos a los vehículos eléctrico chinos", dijo Lin Jian, y agregó que China instó a la parte europea a cumplir con los compromisos de apoyar el libre comercio y oponerse al proteccionismo y trabajar con China para mantener el interés general de la cooperación económica y comercial China-UE.

En cambio, la actuación de Bruselas es ha recibido el respaldo de España y Francia. La vicepresidenta tercera del Gobierno, encargada de la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido que Europa imponga aranceles a los automóviles procedentes de China si estos están compitiendo "de manera desigual". "Es nuestra obligación respaldar al conjunto de la industria del automóvil europeo y, en particular, la española para que siga siendo una industria competitiva, moderna, actualizada y con un peso relevante en los mercados internacionales", ha dicho Ribera a la prensa en los pasillos del Congreso de los Diputados horas antes de que Bruselas anunciara su decisión.

Más tarde se ha pronunciado también el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, quien ha reclamado "sentido común" a Bruselas respecto al aumento de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, con el fin de evitar una guerra comercial entre la UE y China que acabaría perjudicando a todos los bloques económicos. "Cuando tenga las conclusiones definitivas nos pronunciaremos, pero es evidente que en Europa hay elementos de protección como hacen los otros bloques económicos. Pero esto tiene que tener sentido común, porque sino del ultraproteccionismo saldremos todos perjudicados", ha aseverado en los pasillos de la Cámara Baja.

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) se ha mostrado partidaria de penalizar la importación de coches eléctricos chinos, si las transacciones no se realizan respetando la legislación vigente en el comercio internacional o no se han producido en condiciones de igualdad. "Desde Anfac y desde Acea (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) creemos que el libre comercio y justo es esencial para crear una industria automovilística europea competitiva a nivel global, al mismo tiempo que creemos que una competencia en igualdad de condiciones impulsa la innovación y las opciones para los consumidores", explica.