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S&P vuelve a degradar a Francia por la política económica de Hollande

La agencia cree que París no será capaz de bajar el déficit al 3% en 2015 y alerta sobre la debilidad del PIB galo

La Razón
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Con Nicolas Sarkozy, Francia perdió su triple AAA y François Hollande no ha sido capaz de evitar que Standard & Poors (S&P) vuelva a degradar la nota de solvencia del país. La agencia de calificación estadounidense rebajó ayer un escalón el rating galo, desde AA+ hasta AA, propinando un duro revés a la estrategia económica del actual Gobierno socialista y ante las débiles previsiones de crecimiento. La entidad, no obstante, otorgó una perspectiva «estable» a la calificación, por lo que no prevé modificarla a corto plazo. En una decisión inversa a la conocida ayer, la semana pasada Fitch mejoró la perspectiva de la nota BBB de España.

Las advertencias transatlánticas no hicieron mella en el presidente francés, que ayer se reunía precisamente con representantes de las principales instituciones económicas mundiales y ante quienes aseveró, en París, que continuará con su rumbo. «La política económica aplicada por Francia es la única que puede garantizar la credibilidad de la que goza el país en los mercados», aseguró ufano por el bajo interés al que refinancia su deuda.

Desde que llegó al poder, el Ejecutivo de Hollande ha emprendido reformas en materia de fiscalidad, así como en los mercados laboral, de servicios y de productos, pero S&P estima que son insuficientes para aumentar «sustancialmente» las perspectivas de crecimiento a medio plazo. Para que éste mejore serían necesarias nuevas reformas estructurales, apunta S&P, pero la falta de autoridad y credibilidad que arrastra el presidente galo le tiene maniatado. La presión política de sus aliados en la izquierda y de la opinión pública le han forzado a dar marcha atrás en medidas económicas ya aprobadas.

Según la agencia americana, París dispone de «un estrecho margen de maniobra para aumentar los ingresos» y, por tanto, reducir su endeudamiento. Con una presión fiscal de las más altas en Europa, la capacidad del Gobierno francés para seguir subiendo los impuestos es muy limitada, sobre todo tras un año y medio de incrementos constantes y la promesa incumplida de una «pausa fiscal» que nunca llega.

La agencia también cuestiona en su informe las tibias medidas adoptadas para reducir el gasto público que, a su juicio, tendrán un impacto «relativamente modesto». El otro gran obstáculo que impide reformas de mayor envergadura es el elevado desempleo, que supera el 11%. François Hollande se ha comprometido a «invertir la curva del paro» antes de que termine el año, pero tanto S&P, como la Comisión Europea y otros organismos internacionales, son escépticos. Según la firma, la estrategia económica del Ejecutivo galo «no ha reducido significativamente el riesgo de que el paro permanezca por encima del 10% hasta 2016».

Con este cuadro, S&P no es la única en dudar de que la economía gala, que debería cerrar el año con un déficit del 4,1% del PIB, pueda cumplir con sus objetivos. La Comisión Europea, que prevé que París salga de la recesión este año y crezca levemente a partir de 2014, aseguró que será imposible que el Ejecutivo galo reduzca su déficit público por debajo del 3% en 2015, como se le exige. El presidente Hollande no fue el único en minimizar la rebaja de la nota de Francia, cuyos bonos a 10 años acusaron el golpe y su interés se encareció desde el 2,15% al 2,22%.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, prefirió consolarse con la idea de que la nota francesa sigue siendo, pese a la bajada, «una de las mejores del mundo» y acusó a S&P de no haber tenido en cuenta las reformas del Ejecutivo. Un argumento que retomaba el ministro de Economía, Pierre Moscovici, para quien las conclusiones de la agencia son «críticas e inexactas», justificando las medidas «de envergadura» implementadas «para enderezar la economía, sus finanzas públicas y su competitividad».

Fitch ve mejor a los bancos y a las CC AA

Cinco días después de mejorar la perspectiva de España desde negativa a estable, la agencia Fitch realizó ayer el mismo movimiento con el sector financiero y las comunidades autónomas. En concreto, mejoró a estable las calificaciones de Banco Santander, BBVA, Caja Laboral (Laboral Kutxa), Caja Rural de Navarra, Sociedad Cooperativa de Crédito y Grupo Cooperativo Ibérico de Crédito. Además, confirmó la nota de Santander y BBVA en BBB+; la de Caja Laboral, la de Caja Rural de Navarra, la de la Sociedad Cooperativa de Crédito y la del Grupo Cooperativo ibérico de Crédito en BBB. Por otro lado, Fitch también ratificó las calificaciones de CaixaBank y Kutxabank en BBB, aunque con perspectiva negativa.

A nivel autónomico, Fitch también mejoró la perspectiva de la nota de Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía y Canarias, aunque no elevó ninguna de las calificaciones.