Refrescos a base de agua del grifo y ropa con cordaje de raqueta

Las bebidas embotelladas tienen un impacto climático muy significativo y en Europa cada persona consume entre 120 y 180 botellas de plástico al año. Fabian Roschig, Sebastian Kroth y Michael Schwarz son tres emprendedores que pensaron que si en Europa el 87% de los refrescos se consumen en casa, y en la mayoría de los países hay acceso a agua potable, ¿por qué no convertir el agua del grifo en un refresco con gran sabor, saludable y sostenible? Así es como fundaron FUNQ, una startup con sede en Palma de Mallorca que ha creado un refresco a base de sirope con el que cualquier persona puede convertir el agua del grifo en una bebida con sabor. «Buscábamos una bebida premium a través de un líquido, solo mezclándolo con agua del grifo o agua con gas. Para lograrlo hemos trabajado con los mejores cocteleros del mundo y el resultado ha sido un concentrado basado en ingredientes naturales, con vitaminas adicionales, sin azúcar añadido, bajo en calorías, y todo esto con el sabor de los refrescos tradicionales», explica a LA RAZÓN Michael Schwarz.

El objetivo de FUNQ es producir 125.000 unidades de estas bebidas en dos semanas y lanzarlas primero al mercado alemán, puesto que la fábrica está localizada en Fránkfurt y seguidamente a España, Francia, Holanda y Austria. Los fundadores recalcan que estas bebidas están compuestas por los mejores ingredientes. «Los ingredientes vienen de diferentes lugares, por ejemplo la mandarina de España, los limones de Italia, otros componentes vienen de Reino Unido y el mango de Tailandia», explica Fabian Roschig. Las bebidas de FUNQ buscan además un aporte vitamínico a quienes las consuman. «Creemos que no solo importa el sabor, sino que las bebidas tienen que tener una función, algo positivo para el consumidor, por eso no hemos añadido ningún azúcar aparte del que está en la fruta. En cada una de nuestras bebidas cubrimos el 100% de lo que necesitan las personas a nivel diario de vitamina B3, 6, 9 y 12, magnesio y Zinc», explican los fundadores de FUNQ. Por su compromiso con la sostenibilidad, esta startup mallorquina ha sido seleccionada este año por el Amazon Sustainability Accelerator, el programa de aceleración de startups que crean productos de consumo más sostenible.

En esta segunda edición del programa, Amazon Sustainability Accelerator también acelera a las startups que desarrollan tecnologías que puedan ayudar a la industria a reciclar de forma más eficiente. Es el caso de la startup Infinite Athletic. Sus fundadores se propusieron crear la primera prenda infinitamente reciclable de la historia. Han logrado desarrollar una tecnología nunca antes usada en el mundo del deporte, que aportaba durabilidad, resistencia y suavidad al tacto. Todo ello a partir de los cordajes que se desechaban de las raquetas, sin otros materiales que el propio poliéster para que siempre se pudiera reciclar.

«El sector textil es lineal y al final de la cadena solo el 1% de nuestras prendas está reciclado, el resto del material lo tiramos en desiertos de América del Sur o en África. Es responsable del 20% de la contaminación mundial», explica François Devy, cofundador de esta startup. «Nuestra máxima es la materia prima, no contaminar el medioambiente y reciclar al final del proceso. Empezamos con el mundo del tenis, vimos que se tiraban los cordajes, se viene haciendo desde hace 50 años. Pusimos contenedores en tiendas, torneos y clubes para recuperarlos y reciclarlos y hacer una nueva prenda 100% de este cordaje. Tienes un aprovechamiento continuo, infinito, de la misma materia», añade Devy. Empezaron en Cataluña y ya están en 30 clubes, en tiendas y en torneos como la Copa Davis. «Nuestro objetivo es llegar este año a las 20.000 prendas. Además, lanzaremos un zapato con la parte de arriba hecha con cordaje y la suela de pelotas de tenis», avanza Devy.