Turismo

La quiebra de Thomas Cook atrapa a miles de turistas en sus vacaciones

El operador turístico necesita un rescate de 227 millones. España, el destino favorito de los usuarios de la compañía, sufriría hasta un millón de cancelaciones y la pérdida económica de cientos de millones hasta final de año

Thomas Cook
Thomas Cooklarazon

El operador turístico necesita un rescate de 227 millones España, el destino favorito de los usuarios de la compañía, sufriría hasta un millón de cancelaciones y la pérdida económica de cientos de millones hasta final de año

La agencia de viajes Thomas Cook se declara en quiebra y deja tirados a 600.000 turistas

El touroperador Thomas Cook pende de un hilo y, con él, los turistas que decidieron contratar sus vacaciones con el gigante británico. Las dificultades financieras que atraviesa la compañía dejaron sus primeros daños colaterales este fin de semana, cuando miles de turistas quedaron atrapados en sus destinos vacacionales debido a los impagos del operador a los complejos hoteleros en los que se alojaban sus clientes. Ante una posible bancarrota de Thomas Cook, el sector turístico español será uno de los principales afectados.

Su rescate financiero podría acabar en un rescate ciudadano. Un eventual colapso afectaría, de momento, a 150.000 turistas británicos y forzaría a la Autoridad de Aviación Civil a repatriarlos, con un coste valorado en 682 millones de euros. Actualmente, 600.000 turistas de todo el mundo que viajaban con paquetes vacacionales gestionados por Thomas Cook se han visto afectados en sus destinos. Varios grupos que se encontraban en Túnez contaron a la BBC que los hoteles les habían impedido marcharse por la incertidumbre. La mayoría de los turistas británicos confesaron que se habían sentido «como rehenes» cuando los empleados de seguridad del hotel tunecino en el que estaban alojados les cerraron las puertas para impedirles la salida hasta que abonaran todos los gastos. Estos sólo fueron algunos de los numerosos episodios vividos.

En este entorno de incertidumbre, España se verá directamente perjudicada. Según el informe «Holiday Report 2019» de Thomas Cook, España es el destino vacacional preferido para los usuarios del touropeador. Dicha tendencia se ve corroborada año tras año con la continuidad de Reino Unido como principal mercado emisor de viajeros extranjeros.

En concreto, en 2018, los destinos españoles recibieron 18,5 millones de turistas británicos. Gran parte de estos visitantes eligieron los hoteles situados en Canarias, Baleares, la Costa del Sol y la Costa Dorada, en los que el touroperador concentra la mayor parte de sus actividad española y que serían las áreas más afectadas. Por lo tanto, su supervivencia es crucial para el empleo en ambos archipiélagos, que suman más de 850.000 plazas programadas entre mayo y diciembre, según estimaciones de la empresa Mabrian Technologies.

Una posible quiebra del grupo complicaría los balances de miles de complejos españoles y desencadenarían recortes de plantilla. Las cancelaciones e impagos se extenderían a las aerolíneas, que llegaría España con más asientos vacíos de lo habitual. Entre mayo y diciembre de este año, Thomas Cook tiene reservadas 966.549 plazas aéreas con destino a España, según datos de Hoteltur. Su caída acabaría repercutiendo a todo el tejido turístico del país y no se descarta que se puedan repetir en España episodios como los vividos en Túnez.

Este panorama se volvería aún más incierto con la inminente salida del Reino Unido de la Unión Europea. El turismo británico podría caer un 22,7% hasta 2023 en el peor de los escenarios, según un informe mensual sobre turismo publicado por CaixaBank en julio. A las malas experiencias con el touroperador en la reserva de sus viajes a España, habría que añadirle los inconvenientes de un Brexit «salvaje». La depreciación de la libra esterlina haría más caro visitar España. Asimismo, la hipotética pérdida de cobertura sanitaria gratuita en la Unión Europea y las restricciones de movilidad, empujarían a los residentes británicos a replantearse la elección de sus próximas vacaciones.

Thomas Cook, que emplea a 20.000 trabajadores –9.000 de ellas en el Reino Unido– y anualmente ofrece servicios a 19 millones de personas en 16 países, podría tener los días contados tras 178 años de historia. El secretario general del sindicato de empleados de Transporte –que representa a los trabajadores de la compañía–, Manuel Cortes, consideró que el Gobierno británico debe ayudar de inmediato con «apoyo financiero real» y solicitó una reunión urgente con la ministra de negocios, Andrea Leadsom, para solucionar el problema.

Los directivos de la empresa mantuvieron ayer una reunión de emergencia en Londres con su principal accionista y acreedores en la sede del bufete de abogados Slaughter & May. Para garantizar su supervivencia, el operador de viajes necesita lograr un rescate de 227 millones de euros que le exigen entidades bancarias, entre ellas el RBS y el Lloyds como fondos adicionales. De no ser así, Thomas Cook podría entrar en suspensión de pagos en cuestión de días. A fin de evitar el peor de los escenarios, el touroperador habría contactado con el Gobierno británico para solicitar un rescate financiero, según informó este sábado la cadena BBC. La empresa intenta in extremis sellar esta semana un paquete de rescate con su mayor accionista, el conglomerado chino Fosun, estimado 1.023 millones de euros, pero ha sido retrasado por la exigencia de los bancos de contar con nuevas reservas de cara al invierno.