Opinión
A toda opa
Tras el rechazo, ha llegado el zasca, una opa hostil en toda regla que ha conmocionado al mercado y está generando incertidumbres
La pedida de mano del Sabadell por parte del BBVA que ha sido rechazada, aunque no queda muy claro si por la novia, por sus padres o por los padrinos, pues, aparte de los condicionantes económicos de la operación, sobre si la dote se paga con efectivo o con cromos, hay otros de carácter político y de control que pueden ser más relevantes, pues los padres no quieren ser desahuciados de su casa y los padrinos tienen compromisos políticos incompatibles con la fecha de esta boda.
Tras el rechazo, ha llegado el zasca, una OPA hostil en toda regla que ha conmocionado al mercado y está generando incertidumbres. Si los padres de la novia no aceptan el casamiento, no queda otra que pedírselo directamente a ella, que es la que tiene la última palabra.
En general, las OPA hostiles suelen ser operaciones controvertidas que, a menudo, encuentran una fuerte resistencia por parte de la empresa objetivo y muchos no comprenden por qué los accionistas, que en este caso coinciden en ambas entidades, rechazan una oferta en la que van a ganar dinero. No parece sensato, considerando que el capital está en manos de fondos como BlackRock, Vanguard, Norges Bank, entre otros, que son accionistas de ambas entidades y que buscan rentabilidad, a lo que se suman los minoritarios que agrupan el 48% del resto del capital.
Todo apunta a una lucha por el poder, el rechazo de la junta directiva cuando percibe que la adquisición amenaza su posición y estabilidad en la compañía resultante. Y es que, muchas veces, las sinergias también aparecen cuando se prescinde de algunos directivos, lógicamente de la absorbida, bien porque restan y no suman, bien porque no puede haber dos directivos solapados o bien porque la adquirente desea colocar a su equipo de mayor confianza. Por eso, necesitan que algunos políticos acudan a su defensa cual caballero de novela de fantasía medieval que viene a salvar a la dama de las fauces del dragón.
Así pues, no hay que descartar que, el no de Sabadell, sea un mecanismo de defensa de los directivos para mantener su trono o dilatar el proceso para tener más tiempo para hacer las maletas, disfrazado de protección del accionista. Si vas a comprar un coche, ¿con quién negocias, con el chófer o con el propietario?
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