Opinión

A toda opa

Tras el rechazo, ha llegado el zasca, una opa hostil en toda regla que ha conmocionado al mercado y está generando incertidumbres

Imagen de la sede central de banco Sabadell en San Cugat de Vallés (Barcelona)
Imagen de la sede central de banco Sabadell en San Cugat de Vallés (Barcelona)La Razón

La pedida de mano del Sabadell por parte del BBVA que ha sido rechazada, aunque no queda muy claro si por la novia, por sus padres o por los padrinos, pues, aparte de los condicionantes económicos de la operación, sobre si la dote se paga con efectivo o con cromos, hay otros de carácter político y de control que pueden ser más relevantes, pues los padres no quieren ser desahuciados de su casa y los padrinos tienen compromisos políticos incompatibles con la fecha de esta boda.

Tras el rechazo, ha llegado el zasca, una OPA hostil en toda regla que ha conmocionado al mercado y está generando incertidumbres. Si los padres de la novia no aceptan el casamiento, no queda otra que pedírselo directamente a ella, que es la que tiene la última palabra.

En general, las OPA hostiles suelen ser operaciones controvertidas que, a menudo, encuentran una fuerte resistencia por parte de la empresa objetivo y muchos no comprenden por qué los accionistas, que en este caso coinciden en ambas entidades, rechazan una oferta en la que van a ganar dinero. No parece sensato, considerando que el capital está en manos de fondos como BlackRock, Vanguard, Norges Bank, entre otros, que son accionistas de ambas entidades y que buscan rentabilidad, a lo que se suman los minoritarios que agrupan el 48% del resto del capital.

Todo apunta a una lucha por el poder, el rechazo de la junta directiva cuando percibe que la adquisición amenaza su posición y estabilidad en la compañía resultante. Y es que, muchas veces, las sinergias también aparecen cuando se prescinde de algunos directivos, lógicamente de la absorbida, bien porque restan y no suman, bien porque no puede haber dos directivos solapados o bien porque la adquirente desea colocar a su equipo de mayor confianza. Por eso, necesitan que algunos políticos acudan a su defensa cual caballero de novela de fantasía medieval que viene a salvar a la dama de las fauces del dragón.

Así pues, no hay que descartar que, el no de Sabadell, sea un mecanismo de defensa de los directivos para mantener su trono o dilatar el proceso para tener más tiempo para hacer las maletas, disfrazado de protección del accionista. Si vas a comprar un coche, ¿con quién negocias, con el chófer o con el propietario?