Todos gordos, Pam

Que no se angustie Pam, que a este paso vamos a acabar todos como samoanos, gordos a reventar por culpa de la comida chatarra, que está bastante más barata que la fresca, y de las bebidas gaseosas, ahora que el vino está también por las nubes. Así quizá, además de satisfacer los deseos de la secretaria de Estado de Igualdad y contra la violencia de Género, volvamos a una fase final de un Mundial de rugby.

En estos tiempos en los que la dieta mediterránea se envuelve con lazo en cajas de Tiffany y que para aderezar una ensalada con aceite de oliva virgen extra hay que pedir un crédito, cada vez son más las familias que están reduciendo lo último que les quedaba por exprimir: la cesta de la compra. Cuando la hipoteca achica los bolsillos y los sueldos ya no alcanzan para ahorrar un céntimo, los hogares se aprietan el cinturón. ¿O deberíamos decir que se lo ensanchan?

Al parecer, según una encuesta de una conocida cadena de súper, el 84,6% de los hogares reconoce que ha reducido el consumo de pescado y marisco frescos, de carne fresca (64,8%), frutas (30,9%), verduras y hortalizas (23,6%) y huevos (13,8%). Pam puede estar tranquila, que las croquetas y las pizzas congeladas siguen en las listas de la compra.

No sé si son ustedes consumidores de hamburguesas, alitas de pollo y comida procesada. El caso es que las cadenas de comida rápida van como un tiro y que resulta bastante más barato cenar un combo del coronel que una tortilla de patatas.

Gracias a ello, Pam ya no va a tener que contar cuántas personas con sobrepeso hay en el Congreso, actividad a la que, según reconoció, destinaba bastante tiempo.

La «gordofobia» es un problema, especialmente en los colegios, que seguro debe atenderse desde todos los ámbitos, pero aún más preocupante es la mala salud alimentaria de las generaciones presentes y futuras, a las que las sucesivas crisis y la actual inflación han convertido en adictos a la comida basura.

España es el tercer país europeo con más sobrepeso infantil, por encima de la media europea, con el 39% de los niños españoles de 7 a 9 años con sobrepeso y el 16% con obesidad, frente al 29% de los europeos con sobrepeso y el 12% con obesidad. A este paso, todos gordos, para satisfacción de Pam.