Opinión

Las tres Españas

Los que se van de vacaciones han permitido a muchos encontrar empleo

Una camarera en la playa
Una camarera en la playa Agencia EFE

En esta Semana Santa hay tres Españas. De un lado están los que disponen de dinero para irse de vacaciones. A juzgar por las noticias que llegan desde las zonas más turísticas la ocupación se va a situar en niveles casi históricos, a pesar de que los precios están disparados. Y es que el ocio, entendido en sentido amplio, era considerado, por lo menos hasta antes de la pandemia, como algo no esencial. Sin embargo, después de lo vivido en los últimos años, parece que el ocio ha pasado a engrosar, para una mayoría, la lista de lo imprescindible: hay que disfrutar. Según diversos indicadores aparecidos en las últimas semanas, este gasto se afronta tirando del ahorro de las familias, que está bajando a marchas forzadas. ¿Qué sucederá a medida que se agote el dinero de «las cartillas»? Bueno, ya pensaremos en ello cuando llegue el momento.

La segunda España está formada por aquellos que se encuentran en paro o que no disponen de los recursos suficientes para llegar a fin de mes y que han visto ya como sus ahorros, si es que los tenían, han pasado a mejor vida. No es que no tengan dinero para irse de vacaciones, sino que no pueden pagar lo básico y necesitan ayuda, bien de su entorno familiar, del Estado o de organizaciones benéficas, para hacer frente a sus necesidades más básicas, como es la alimentación. Es un grupo que en muchos momentos está oculto, pero que existe.

Y la tercera España se compone de aquellos que gracias al movimiento del primer grupo han conseguido trabajo. Esta es una de las razones que explican el aumento del empleo que se ha reflejado en las estadísticas oficiales durante los últimos días, que ha llevado al Gobierno, o mejor dicho a los gobiernos presididos por Pedro Sánchez, porque hay tres en uno, a echar las campanas al vuelo. Sin embargo, habría que analizar esos datos más en profundidad. Todo apunta a que ese crecimiento se concentra en el sector de la hostelería, que se las ve y se las desea para encontrar camareros o personal de cocina, por citar tan solo dos ejemplos. Se quejan los empresarios de que no encuentran mano de obra. Otro tanto sucede en el campo. Y es que el mercado de trabajo está muy desequilibrado en nuestro país.