Trump resucita y Teresa Ribera desaparece

Trump ha resucitado, políticamente hablando, y volverá a la Casa Blanca. Salvo que cambie de opinión y de postura, algo que nunca se debe descartar tratándose de Donald, se avecina una época de mayor proteccionismo en la política comercial de Estados Unidos, con subidas de aranceles y más barreras de todo tipo. Vamos que los productos de la Unión Europea, incluidos los españoles, lo van a tener más difícil para entrar en el mercado norteamericano. En el caso de España, y durante su anterior mandato, Trump impuso una subida de aranceles a nuestras exportaciones de algunas variedades de aceituna negra, con el argumento de que recibían ayudas de la PAC que distorsionaban la competencia; si mantiene ese mismo argumento, ahora podría imponer aranceles a la mayor parte de las exportaciones agrarias de la UE. El acero, el aluminio y la competencia entre Boeing y Airbus van a ser otros focos de conflicto en esta resurrección “trumpista”.

​Y, mientras el expresidente de Estados Unidos vuelve a la primera fila del escenario mundial, aquí, en España, Teresa Ribera, ha desaparecido. Desde hace bastantes semanas su agenda pública es casi inexistente más allá de asistir a la reunión de los martes del Consejo de Ministros. No ha tenido más remedio que incorporarse al comité de crisis creado por el marido de Begoña para seguir las consecuencias de la Dana en Valencia. Pero, salvo esos momentos puntuales, ha desaparecido y está dedicada a la preparación de su examen ante el Parlamento Europeo el próximo día 12. El problema radica en que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la Cuenca Hidrográfica del Júcar, dos organismos claves en la gestión de las horas previas a la riada de Valencia dependen de ella. Evidentemente, lo de Bruselas es muy importante, pero a la vista de la crisis que se ha desatado, no estaría demás que se ocupase un poco de las competencias de su departamento. Que sepamos todavía es ministra de Transición Ecológica.