Infraestructuras

El túnel del Estrecho de Gibraltar se queda en una galería para fibra

Transportes asegura que, en este momento, lo único que hay encima de la mesa es el estudio para establecer una conexión subterránea para telecomunicaciones

El estrecho de Gibraltar, con la costa africana al fondo
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No habrá túnel subterráneo que comunique España y Marruecos mediante tren o cualquier otro medio de transporte a través del Estrecho de Gibraltar. Y, según se desprende por lo que transmiten desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), no lo habrá en un buen tiempo. Si es que llega a haberlo.

Con motivo de la Cumbre España-Marruecos que se celebró en Rabat la semana pasada después del deshielo de las relaciones entre ambos países tras el cambio de postura del Gobierno sobre el Sáhara Occidental, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, aseguró que “vamos a dar un impulso a los estudios del Proyecto de Enlace Fijo del Estrecho de Gibraltar que se inició por ambos países hace ya cuarenta años. Un proyecto estratégico para España y Marruecos y también para Europa y África”, según resaltó la ministra.

Tras el anuncio, se dio por hecho que ambos países iban a retomar los trabajos para la construcción del túnel subterráneo sobre el que, como dijo Sáchez, ambos países llevan décadas hablando. Pero nada más lejos de la realidad. Según explican fuentes del Mitma, “de momento, lo que hay es el compromiso mutuo para impulsar los estudios de una galería subterránea enfocada a su uso para fibra y telecomunicaciones”. Del túnel para transporte, nada. “Eso ya se verá y cuando se vea. No se está en esa fase en estos momentos”, enfatizan desde el ministerio. “Primero hay que ver si la galería es factible. Luego si lo es construirla. Y de ahí, ya veremos”, remachan las citadas fuentes.

El proyecto es tan incipiente incluso en lo que a la galería se refiere que no hay ni siquiera un calendario todavía encima de la mesa. Desde el Ministerio de Transportes aseguran que el Comité Mixto conformado por España y Marruecos se reunirá en breve. Seguramente, dicen, este mismo mes. En este encuentro, se intentará definir un calendario de trabajo para poder ir avanzando en el proyecto, añaden estas fuentes, que tampoco se atreven a aventurar que esto vaya a ser así.

Para retomar el proyecto, ambos países ya han empezado a dar pasos previos a la reunión de este mes. El Consejo de Gobierno de Marruecos decidió en noviembre del pasado año nombrar a AbdelKabir Zahoud, director general de la Empresa Nacional de Estudios del Estrecho de Gibraltar, adscrita al Ministerio de Equipamiento y Agua. Por la parte española, en los Presupuestos Generales del Estado para 2023, presentados el pasado mes de octubre, el Gobierno ha previsto 750.000 euros para la Empresa Española de Estudios de Comunicaciones Fijas por el Estrecho de Gibraltar (Segecsa) y, más concretamente, para el estudio de la conexión del Estrecho de Gibraltar, con cargo al presupuesto del Ministerio de Transportes. Para el proyecto, se prevé contar con una empresa alemana especializada en la elaboración de estudios relacionados con túneles submarinos. La Segecsa también ha asegurado que ha sido incluida entre las beneficiarias de los fondos europeos del Plan de Recuperación español para acometer nuevos estudios sobre esta infraestructura.

Relevancia del sector

La mayoría de las comunicaciones actuales, aproximadamente el 90%, se hace a través de cables submarinos que conectan diversos países y continentes. España es un país clave para este alambicado sistema debido a que su perfecta ubicación la convierte en puerta de entrada no sólo de Europa sino también de otros continentes. El país cuenta con cables tan importantes como Marea, que está situado en Bilbao y que cuenta con una extensión de 6.605 kilómetros que lo conectan con Estados Unidos.

Hasta ahora, se creía que ambos países tenían sobre la mesa trabajar en un tubo subterráneo ferroviario para comunicarlos similar al que existe entre Francia y Reino Unido, en ese caso de 50 kilómetros, 39 de ellos sumergidos, para sortear los 33 kilómetros del paso de Calais.