Banca
UBS cierra la compra de Credit Suisse a precio de ganga: 3.000 millones
El primer banco suizo absorbe a su máximo competidor por menos de un tercio de su valor en bolsa. El Gobierno suizo confirma oficialmente la operación
El Gobierno suizo quería una solución inmediata a la crisis bancaria de Credit Suisse y lo ha logrado en tiempo récord. El primer banco del país, UBS, ha comprado a su máximo competidor por 3.000 millones de euros, un precio casi simbólico que solo se acerca a un tercio del valor en bolsa de la entidad que todavía preside Axel Lehman. Con este acuerdo, las acciones de Credit Suisse han sido valoradas en 0,76 francos suizos, un 40% de su precio de cierre del pasado viernes en la Bolsa de Valores de Zúrich.
Se cierra así en tiempo récord una operación compleja, alentada por las autoridades suizas, que querían cerrar la operación de inmediato, pese las reticencias de UBS, que tenía dudas sobre la base legal de la operación y quería asegurarse de quedar al margen de posibles reclamaciones e intervenciones regulatorias. El principal banco suizo presentó una oferta inicial de 1.000 millones de dólares, que fue rechazada al considerarse demasiado baja y perjudicial para los accionistas de Credit Suisse. Finalmente, dobló la oferta para lograr un preacuerdo a tres bandas entre el Gobierno y las dos entidades.
A media tarde, la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter, confirmó en rueda de prensa que la Confederación Suiza otorgará una garantía equivalente a más de 9.000 millones de euros para reducir los riesgos en los que incurre el banco UBS al absorber el Credit Suisse. Esta garantía funcionará "como un seguro" y cubrirá eventuales pérdidas "muy específicas" del Credit Suisse y únicamente si estas pérdidas superan un umbral que la ministra no precisó. Keller-Sutter indicó que la quiebra de Credit Suisse "hubiese tenido consecuencias irreparables" no sólo para Suiza, sino para la banca en el resto del mundo y que, por esta razón, "asumimos responsabilidades que van más allá de nuestras propias fronteras".
Las dudas habían surgido desde la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero (Finma), que había puesto pegas a la fusión de ambas entidades por incompatibilidad con las normativas nacionales sobre competencia, dada la posición dominante de ambos en el sector bancario helvético. Por eso, UBS estuvo estudiando al detalle todas las repercusiones de la operación. Un trámite que ya no retrasará la adquisición, tras ser confirmada oficialmente y tras recibir el comprador la garantía del Gobierno suizo de que la compra de su rival no le causará problemas jurídicos, pérdidas o reclamaciones.
Pese a que el Ejecutivo parece respirar tranquilo, la operación presenta todavía una enorme complejidad, ya que la operación debía cerrarse antes de la apertura de los mercados asiáticos, que empezó a última hora de la tarde en Europa, para evitar un nuevo desplome de cotización. Además, expertos financieros recuerdan que la normativa suiza obliga a respetar un plazo de seis semanas para consultar al accionariado sobre una adquisición, por lo que se barajan cambios legislativos exprés para evitar este retraso y facilitar la fusión.
Aunque no se han filtrado muchos detalles del acuerdo, fuentes financieras helvéticas barajan la posibilidad de que UBS haga una reestructuración completa de la entidad y asuma las actividades de gestión de fortunas y activos de su rival, mientras que vendería la banca de negocios. La agencia económica suiza AWP afirmó que tanto el Banco Nacional de Suiza (BNS) como la Finma admiten que la compra de Credit Suisse por UBS era la única solución para evitar el colapso del banco de las dos velas.
Culmina así una semana en la Credit Suisse, envuelto en graves problemas financieros y de confianza, en la que llegó a hundirse en la bolsa de Zurich más de un 30% el pasado miércoles, para cerrar esa sesión con un -24%, después de que su principal accionista desde 2022, el Banco Nacional Saudí, asegurara que no iba a invertir más en la entidad suiza para sanear sus maltrechas cuentas. Para calmar al mercado, el Banco Nacional Suizo anunció horas después de ese desplome bursátil un préstamo de 50.000 millones de francos (50.500 millones de euros), lo que permitió que la entidad se recuperara un 19% en la Bolsa de Zúrich el jueves, pero el viernes las dudas de los accionistas regresaron y las participaciones cayeron nuevamente un 8%.
Credit Suisse, fundada en 1856, encadena dos años de pérdidas millonarias: en 2021 fueron de 1.572 millones de francos suizos (1.600 millones de euros), y en 2022 casi se quintuplicaron, hasta los 7.293 millones de francos (7.400 millones de euros). Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca la desconfianza de los inversores, los escándalos y la pérdida de prestigio, además de una sobreexposición a firmas de riesgo que ya colapsaron.
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