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Un mayor poder para las mutuas

La Razón
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La mayoría de los empresarios tiene interiorizado que su mayor patrimonio es el capital humano. Del mismo modo, la mayoría de los trabajadores son conscientes de que su permanencia en una organización depende de forma muy importante del valor añadido que aporten. Sin embargo, existen excepciones de personas que practican el absentismo injustificado, en una actitud antisocial con todos los miembros de su empresa, empleador y empleados, y con los ciudadanos que pagamos impuestos. Lo que usted y yo conocemos comúnmente como escaquearse del trabajo.

Es un problema contra el que debemos luchar todos, empresarios y trabajadores, porque sus efectos negativos nos afectan también a todos y, lamentablemente, España sigue estando a la cabeza de los países más afectados. Es verdad que el problema se ha reducido levemente, al igual que lo hizo con la crisis de 1992, pero después de las etapas depresivas vuelve a surgir. Se trata de un fenómeno que afecta fundamentalmente a grandes empresas y a países que cuentan con una cobertura por enfermedad más generosa y que se obtiene de manera más sencilla. Un abuso hacia la Seguridad Social que financiamos todos.

La causa fundamental del absentismo se encuentra en las bajas por enfermedad. Por lo tanto, parece evidente que para reducir esta picaresca hay que actuar sobre la gestión que se viene realizando hasta ahora de este fenómeno y, en este sentido, es clave integrar en el proceso a las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. También es importante racionalizar la gestión que se hace porque ahora se produce la paradoja de que un organismo aporta la prestación económica al afectado y otro distinto efectúa la asistencia sanitaria, lo cual genera ineficiencias. No se trata, en ningún caso, de reducir el gasto global por esta prestación sin criterio, es decir, que se vaya a trabajar a pesar de una enfermedad, sino que el objetivo debe ser ejercer un control eficiente para evitar que los pícaros abusen.

Parece sensato que, teniendo en cuenta el colapso de la atención primaria de los servicios públicos de salud, se habilite a los servicios médicos de las mutuas para emitir altas médicas en los procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes, en colaboración con la Sanidad pública. Afortunadamente, desde hace más de cinco años se han reducido de forma drástica los accidentes de trabajo, lo que ha eliminado carga de trabajo en los servicios médicos de las mutuas que se podría aprovechar para que valoraran situaciones de contingencia común y estuvieran habilitados para emitir altas médicas cuando la situación sanitaria del paciente lo permita.

Por otro lado, tampoco podemos olvidar la importancia de una buena gestión de los recursos humanos como elemento reductor de otros tipos de absentismo como el presencial (trabajadores que acuden al puesto de trabajo pero que no realizan su labor) y el emocional (aquellos que no rinden en función de sus capacidades). El puesto de trabajo debe ser un lugar en el que se gestione con calidad responsabilidades, egos, expectativas, objetivos, conocimiento o habilidades.

*Presidente de Asuntos Laborales de CEIM-CEOE