Finanzas
Un perfecto desconocido para relevar al provocador Juncker
París y Berlín pondrán al holandés Dijsselbloem al frente del Eurogrupo. El «novato» busca darse a conocer en la UE
Tiene un nombre impronunciable para un español. Y, de momento, es prácticamente un desconocido, pero todo apunta a que se oirá a hablar de él alto y claro en los próximos tiempos, porque el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, parece representar «al buen país y al buen partido político en el buen momento», como aseguraba el «Financial Times».
Este hombre de 47 años nacido en Eindhoven reúne, al menos de momento, el apoyo necesario en el seno del Eurogrupo para sustituir al primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, que ha decidido dejar el cargo después de ocho años.
Alimentadas por las insinuaciones del propio Juncker, las malas lenguas apuntan a que el hasta ahora hombre fuerte de la moneda única está harto de pelear sin descanso contra cinco años de crisis económica y, sobre todo, contra los «dictados» de Alemania, que reina por encima de todos los estados miembros.
Juncker, amigo y comprensivo con los «periféricos», no ocultó sus discrepancias con Merkel, Sarkozy y los países del norte, cuando titubearon con la idea de abandonar a Grecia y España a su suerte. Ha sido un presidente incómodo, aunque bastante contenido para su carácter. Su discurso de despedida «no oficial» de la semana pasada no tuvo ningún rubor a la hora de atacarlos sin ambages. «La orquesta franco-alemana no hace las delicias de los melómanos»; «los países del norte no son perfectos», dijo.
El hecho de que Dijsselbloem provenga de uno de los escasos países de la eurozona que aún conservan la triple A crediticia le hermana con Berlín y los Estados más proclives a la ortodoxia económica, a lo que se suma su ascendente socialdemócrata, que le acerca a los preceptos políticos del primer ministro galo, François Hollande.
Para reunir el apoyo de sus colegas del Eurogrupo, que conoce apenas desde hace unas semanas porque su entrada en el Ministerio de Finanzas se produjo en noviembre, Dijsselbloem ha realizado durante las últimas semanas una gira por las capitales. El resultado de estos contactos será conocido el 21 de enero, fecha del próximo Eurogrupo de Bruselas, en el que se abordará la cuestión entre los ministros de Economía de los 17.
En un principio, todo apuntaba a un pacto franco-alemán para repartirse el cargo durante el mandato, pero las elecciones alemanas de otoño han alterado los planes del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que quería ocupar este puesto, aunque tuviera que compartirlo con el francés Pierre Moscovici. Al final, y como ya es habitual en Europa, sale ganando uno de los países pequeños, que levantan menos recelos que los grandes.
De la personalidad del recién llegado se sabe poco. Aparentemente afable, fue portavoz de Educación de su partido, y cuenta con el «mérito» de haber sido reconocido por sus críticas a los contenidos sexuales y violentos en televisión. Formado en la Universidad Agrícola de Wageningen, de 1996 a 2000, trabajó en el Ministerio de Gestión de la Agricultura, Recursos Naturales y Pesca, y entre 2007 y 2008 condujo una investigación sobre la reforma educativa.
Los buenos resultados del Partido Laborista holandés en las elecciones de septiembre le llevaron al Ministerio de Finanzas del conservador Mark Rutte. «Como ministro, uno no debe creerse mejor que los técnicos de su ministerio», aseguró al diario «De Volkskrant» tras llegar al cargo. Palabras que parecen traslucir que no heredará el carácter provocador de su antecesor.
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