Salarios
Un sueldo oficial que ni ellos se lo creen
El sueldo de los funcionarios los pagamos todos con los impuestos. Es una idea enraizada, con bastante acierto, en la mente de los españoles y que sirve como una especie de amenaza o compromiso para quienes ejercen en el sector público. «Se nos mira con lupa, y con que sólo uno no cumpla con lo que la gente espera, todos pagamos el cabreo y se cuestiona el merecimiento de nuestro salario», comenta la auxilio judicial Lucía Prieto. Unas dudas que surgen del enfado y, además, de la creencia de que las administraciones de nuestro país gastan demasiado en la remuneración de sus trabajadores.
La Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) señala que en 2016 España gastó el 10,8% del Producto Interior Bruto, más de 121 millones de euros, en la compensación económica de los funcionarios. Eurostat, que calculaba un porcentaje similar, indica que nuestro país está menos de un punto por encima de la inversión media en salarios públicos que realizan las naciones de la Unión Europea, en la que somos una de las economías más potentes.
España no derrocha en el sector público, que tiene un defecto importante, la brecha salarial entre sus propios integrantes. El sueldo medio de los empleados fue de 2.623,5 en 2016, registrándose una subida del más del 7% desde 2012, según el Instituto Nacional de Estadística. Un crecimiento que muchos funcionarios no son capaces de explicar cuando en 2010 se les rebajó un 5% de media la remuneración, la cual también ha sido congelada y, por si fuera poco, perdieron LA paga extra de Navidad. «Los docentes han sufrido una reducción del 25% en su poder adquisitivo en los últimos años», afirman desde ANPE. Entonces, ¿hay unos que cobran más para que otros ganen menos?
Brecha salarial
Los empleados públicos lo tienen claro, entre los altos cargos y, digamos, los soldados rasos, no hay comparaciones en lo que a sueldo se refiere. La auxiliar de UCI Margarita Hernández no tiene reparos al hablar de su salario: «En Sanidad, con la responsabilidad que tiene mi trabajo, y ya con antigüedad acumulada, haciendo noches y festivos no llego a los 1.400 euros». Alejandro Rodríguez, policía local, también comenta la precariedad en los sueldos en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: «En mi caso creo que tengo un sueldo digno, pero compañeros de otros municipios son mileuristas o incluso cobran menos. La Guardia Civil está mucho peor, porque ni tienen pagas extraordinarias íntegras. Si nos vamos a los auxiliares administrativos de algunos ayuntamientos que conozco... es una broma. Ni siquiera llegan a 930 euros».
Y es que los rangos que miden el salario de los empleados públicos son bastante engañosos. Se dividen en tres estamentos: Hasta los 1.229 euros brutos al mes, que en 2016 representaba al 30% de los funcionarios; desde esa cantidad hasta los 2.137, que comprendía a un 40% (pero que pueden estar recibiendo una diferencia de casi 1.000 euros); y los que ganaban más de esa cifra, que eran el 30% restante. En realidad no se sabe cuánto puede llegar a ingresar alguien que pertenezca a este grupo, pero si recordamos que el sueldo medio se situaba en 2.623,5 y que más del 70% de los trabajadores perciben bastante menos, se puede llegar a una conclusión evidente. El mito de que en el sector público se ganan sueldazos de unos cuantos de miles al mes, es un privilegio reservado para unos pocos que, dice la auxiliAR judicial Lucía Prieto, están más relacionados con la política que con la profesión.
«Los juzgados están llenos de cosas que no hacen falta porque nadie te pregunta qué necesitas. Hace poco sustituyeron las televisiones que teníamos para las videoconferencias con otras de última generación y mucho más grandes, parecen de cine. Sin embargo, no disponemos ni de los guantes ni de las mascarillas que demandamos cuando tenemos que coger declaración a alguien que sufre una enfermedad que Te puede contagiar. Pero claro, las decisiones las toma el director general o el consejero de turno que nunca se han pasado por un juzgado porque, la verdad, son políticos que han sido colocados por un partido y, lo que más fastidia, cobran sueldos altísimos que los currantes no podemos ni imaginar. Incluso más que los procuradores o los secretarios, que ingresan alrededor de 3.000 euros, muchos merecidamente. Lo hablamos entre todos, nos cabrea y nos quitan las ganas porque a nosotros nos aumentan entre 60 u 80 euros por trienio, pero a la vez nos suben 2 puntos de IRPF. Vamos, lo que nos dan por un lado, nos lo quitan por otro».
Los sueldos también dependen de las comunidades autónomas, que acumulan el 56,6% de los empleados públicos según el INE. El informe de la escuela de negocios Esade detalla que las autonomías han ganado peso frente a la Administación General del Estado (AGE), que en 1983 acumulaba al 80% de los funcionarios. Además, pagan un 25% más de media, explica el informe del CSIF «A igual trabajo, mismo salario». Este título es un objetivo a alcanzar, pero que parece aún muy lejano porque la cesión de las competencias ha descentralizado las remuneraciones. Los datos son elocuentes: en el País Vasco el 45,2% cobra más de 2.137 euros, mientras que en Canarias el porcentaje se reduce hasta el 18,7%.
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