Opinión

¡Viva la no transparencia!

Ya han pasado más de diez días desde que se alcanzó el acuerdo político entre Von der Leyen y Trump y todavía no se ha hecho público el contenido concreto

Ursula von der Leyen y Donald Trump en Turnberry (Escocia) REMITIDA / HANDOUT por Comisión Europea Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 27/07/2025
Ursula von der Leyen y Donald Trump Comisión EuropeaEuropa Press

A la hora de escribir esta columna desconozco si hoy van a entrar en vigor los nuevos aranceles que pactaron Trump y Von der Leyen, también cuál va a ser el montante por producto y la serie de mercancías europeas que se verán afectadas por esta medida. En resumidas cuentas, que no lo conozco yo, pero tampoco lo saben los responsables de las empresas y sectores que se verían afectados. Es verdad que la mayor parte de la culpa cae del lado del presidente de los Estados Unidos y su permanente «baile de la yenka» en este asunto, ya que tan pronto va a la izquierda, como a la derecha, como delante y hacía atrás. Sin embargo, no hay que perder de vista la responsabilidad que tienen la presidenta de la Comisión Europea y sus servicios.

Cuando ya han pasado más de diez días desde que se alcanzó el citado acuerdo político entre Von der Leyen y Trump no he visto publicado todavía el texto del mencionado documento, que debía desarrollarse en el plano técnico durante las jornadas posteriores. En Bruselas, la Comisión Europea presume mucho de lo que llaman transparencia y hacen constantes alusiones a la misma. Sin embargo, la realidad viene a desmontar esas afirmaciones, por lo menos en algunos casos como el que nos ocupa. ¿Por qué no se ha hecho público todavía el contenido concreto de ese acuerdo político, para que todos podamos valorarlo y saber a qué atenernos? Eso sí que sería transparencia y lo demás son gaitas.

Mientras tanto, Trump ha continuado durante los últimos días con sus amenazas, tanto a la UE como a otra serie de países. En estas condiciones es imposible trabajar, según dicen, tanto los responsables de las empresas españolas que exportan sus productos a Estados Unidos, como los importadores de esas mismas mercancías, que necesitan tres cosas fundamentales: confianza, transparencia y tener el horizonte despejado durante el mayor periodo de tiempo posible. Y la actitud de la Administración Trump y también la de la Comisión Europea, que es la que negocia en nombre de los Estados miembros la política comercial exterior de la UE, no contribuyen precisamente a ello. ¿Será hoy el día en el que se despejen una parte de las incógnitas y reine algo, solo algo, la transparencia?