Transición energética

Von der Leyen, al rescate del vehículo eléctrico

La presidenta de la Comisión Europea trata de que Alemania cambie su veto inesperado a que no se vendan coches de combustión desde 2035

German Chancellor Olaf Scholz welcomes President of the European Commission Ursula Von der Leyen prior to a closed meeting of the federal cabinet in Meseberg, Germany, 05 March 2023.
El canciller alemán, Olaf Scholz, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ayerHANNIBAL HANSCHKEAgencia EFE

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, participó ayer en la reunión del Gobierno alemán en el palacio barroco de Merseberg, en Bradenburgo. Una cita informal que se prologará hasta hoy y que tiene como objetivo abordar diferentes cuestiones sobre la política alemana y europea, pero que en el caso de la presidenta del Ejecutivo comunitario tiene un cariz de urgencia. La política alemana quiere que el Gobierno alemán levante su veto al paquete legislativo que pretende prohibir la venta de coches con motores de combustión en 2035 y según fuentes diplomáticas éste era uno de los principales objetivos de su visita.

Un veto por parte de Berlín que se produjo la semana pasada «in extremis», lo que ha llevado a que la presidencia sueca de turno de la Unión Europea -que lleva el timón europeo este semestre- cancelara el viernes por sorpresa el voto previsto para este martes y lo haya suspendido «sine die». Alemania ha decidido unirse en el último momento al bloque de Italia, Polonia y Bulgaria que se oponen a esta medida. En el caso de Berlín y Roma ha sido una objeción de última hora, ya que este paquete legislativo había sido ya votado por las capitales europeas y, tras la luz verde del Parlamento Europeo, este último paso es visto como una mera formalidad.

Pero la aprobación de este paquete legislativo está ahora en peligro. Alemania e Italia piden ahora al Ejecutivo comunitario que reconsidere su posición y permita la venta de coches de combustión interna de primera mano si los vehículos utilizan combustibles verdes derivados del hidrógeno que no emitan dióxido de carbono perjudicial para la atmósfera.

La implantación del coche eléctrico es una de las grandes banderas del Ejecutivo liderado por Úrsula von der Leyen en su lucha contra el cambio climático, a pesar de las dudas que se plantean en el horizonte. El paquete legislativo propuesto por la Comisión Europea establece una cláusula de revisión en el año 2026 y el propio comisario de Interior, Thierry Breton, había advertido de la necesidad de abordar esta cláusula sin tabúes, lo que deja la puerta abierta a un retraso en la fecha o a reconsiderar el tema de los combustibles verdes cuándo este sector esté más desarrollado, algo que ahora no sucede. La Comisión Europea no descarta presentar una propuesta específica sobre combustibles verdes si es necesario, pero parece difícil que puede completarse el proceso legislativo antes de que termine esta legislatura europea.

Pero Berlín parece no querer riesgos con su todopoderosa industria automovilística y quiere que estas garantías lleguen lo antes posible. El Partido Popular europeo –dónde Alemania es la delegación más influyente- ya votó en contra de este paquete en el hemiciclo europeo. La propia coalición de Gobierno alemana se encuentra dividida y mientras Los Verdes apoyan a la Comisión Europea, los liberales han forzado este giro inesperado. A esto se une que la legislación estadounidense para luchar contra la inflación (IRA pro sus siglas en inglés) discrimina a las empresas europeas que quieran acceder a subvenciones relacionadas con la implantación del coche eléctrico.