Editoriales

Iglesias, contra la gran mayoría social

Los españoles son conscientes de que se libra una campaña contra la Constitución

Iglesias, contra la gran mayoría social
Iglesias, contra la gran mayoría socialEUROPA PRESS/J. Hellín. POOLEuropa Press

Los resultados de la encuesta de «NC Report» que hoy publica LA RAZÓN confirman no sólo la sólida implantación de nuestro modelo constitucional, sino la inequívoca percepción de la gran mayoría de los españoles de que la Carta Magna es el instrumento primordial que garantiza la unidad de España y, por lo tanto, su existencia como nación. También, que los ciudadanos son plenamente conscientes de la pretensión de la extrema izquierda y los nacionalistas, convertidos en socios del Gobierno, de acabar con la Constitución para propiciar un cambio de régimen.

Es esa misma mayoría social la que, juiciosamente, considera que en la actual situación política no conviene llevar a cabo debate alguno para modificar la Carta Magna, por más que pueda estar de acuerdo en la necesidad de su reforma. Es decir, cualquier cambio de las reglas de juego debería esperar a la superación del actual clima de confrontación, especialmente en lo que se refiere a la tensión territorial provocada por los nacionalistas, con el respaldo de un partido como Unidas Podemos que forma parte del Ejecutivo y condiciona con los instrumentos del poder la relación de fuerzas. Esta realidad, que se desprende de las respuestas a dos de las preguntas del sondeo sobre la cuestión autonómica, con una mayoría aplastante, el 75,3 por ciento de los consultados, opuesta a la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, debería hacer reflexionar a los teorizantes de la ruptura constitucional sobre las limitaciones de la propaganda y el coste del voluntarismo político.

Porque todas las evidencias llevan a la única conclusión posible, que el proyecto revolucionario de Pablo Iglesias y demás compañeros de situación va en contra de los deseos de la gran mayoría social española, por más que, como venimos denunciando, la palanca que supone formar parte del Consejo de Ministros y, sobre todo, disponer del Boletín Oficial del Estado, proyecte una imagen pública distorsionada del líder de una formación que apenas consiguió un 12 por ciento de los sufragios en las últimas elecciones, y eso sumándole las llamadas «confluencias», y que no ha dejado de perder apoyos en cada cita electoral posterior.

De ahí, que debamos insistir en que el actual marco democrático español esta firmemente asentado en la voluntad de los ciudadanos, que son el sujeto de la soberanía nacional, y que sólo desde una operación política artera, de «puerta de atrás», que despreciara la opinión mayoritaria de los españoles, y que en las circunstancias actuales nos parece inconcebible, podría llevarse a cabo la pretensión de esa minoría de la extrema izquierda, y de los nacionalistas, aupada por la coyuntura al poder.