Editorial

La reunificación del voto gana elecciones

En Andalucía y Castilla-La Mancha, también es el PP quien mejora a costa de Ciudadanos

El Partido Popular no sólo podría renovar la presidencia de la Junta de Andalucía, sino que, de celebrarse hoy las elecciones autonómicas, desbancaría al PSOE en Castilla-La Mancha y se haría con el gobierno de la región que preside Emiliano García-Page. En ambos casos, tal y como reflejan los sondeos de «NC Report» elaborados para LA RAZÓN, los populares necesitarían el apoyo parlamentario de VOX, partido que se consolida como tercera fuerza en ambas comunidades, reflejo de los sucedido en las últimas elecciones generales, pero que ya no crece sólo a costa de antiguos votantes del PP, sino por la captación de nuevos electores, muchos procedentes de la abstención.

En el caso andaluz, el partido que preside Juan Manuel Moreno Bonilla conseguiría reeditar la victoria de Javier Arenas, pero con la diferencia sustancial de que el PSOE, – que se hallaba en pleno debate interno mientras se realizaba el trabajo de campo de la encuesta– no podría contar con el apoyo de una extrema izquierda dividida en dos formaciones, al parecer, irreconciliables, que perdería hasta seis de los escaños que obtuvo como Adelante Andalucía. Es la constatación de un hecho sabido en unos sistemas electorales como los españoles, que la unificación del voto gana elecciones, más en un escenario de fragmentación de las opciones políticas.

Es lo que está sucediendo en el campo ideológico contrario, como demostraron los recientes comicios madrileños, donde el Partido Popular se beneficia de la caída de Ciudadanos, pero, también, del cambio de tendencia política que recogen las encuestas a nivel nacional. Porque, como ocurre con VOX, y aún en mucha mayor medida, los populares también suman muchos apoyos entre los «nuevos electores», fenómeno que comparte con los socialistas y que permite augurar en el corto plazo una vuelta al bipartidismo, en detrimento de las formaciones surgidas al amparo de la crisis económica y social de la pasada década. Precisamente, Castilla-La Mancha es demostrativa de lo que decimos, puesto que el Partido Socialista, bajo la batuta de García-Page, recuperó en las anteriores elecciones los escaños que había cedido a Unidas Podemos, que desapareció como fuerza parlamentaria, y obtuvo una mayoría absoluta en solitario frente a un centro derecha fracturado.

Pero lo que pronostica nuestro sondeo de hoy es un posible «sorpasso» de los populares, gracias en parte a los votos que se deja Ciudadanos, que ganarían las elecciones y podrían gobernar con el apoyo externo de VOX. Hasta qué punto puede consolidar el partido que preside Pablo Casado la tendencia de cambio que describen las encuestas va a depender de muchos factores, entre ellos, y no menos importante, el de si el Gobierno de la nación es capaz de abordar la recuperación económica y social de manera rápida y eficaz. En caso afirmativo, tal vez los votos de Ciudadanos no sean suficientes.