Editorial

Qatar, un amigo y aliado de España

Sin pretender restarle importancia al hecho de que Qatar es uno de los grandes productores de gas del mundo, conviene destacar una circunstancia, a nuestro juicio, mucho más determinante, pues al referirnos a la visita de Estado del emir catarí, jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, hablamos de un firme aliado de Occidente en la región del Golfo, comprometido con la seguridad mutua y que ha demostrado en numerosas ocasiones, la última, durante la retirada estadounidense de Afganistán, una capacidad de interlocución internacional especialmente notable.

De ahí, que no podamos estar más de acuerdo en la decisión de la Jefatura del Estado y del Gobierno de otorgar el más alto nivel diplomático y protocolario a la estancia de quien es, sin duda, un buen amigo de España, con el que siempre se puede contar, como demuestra la concesión por parte de Sus Majestades al emir de Qatar del Collar de la Orden de Isabel la Católica, una de las máximas distinciones españolas, que reconoce, entre otros méritos, a quienes contribuyen a la excelencia en las relaciones de la Nación española con la comunidad internacional.

Por supuesto, desde algunos sectores de la izquierda se ha tratado de desvirtuar la visita, con acusaciones contra el régimen catarí en materia de derechos humanos que son, simplemente, infundadas, cuando no están sacadas torcidamente de contexto. Porque Qatar es el único país del Golfo, junto a Kuwait, con un Parlamento elegido por sufragio universal, dispone de una legislación laboral de las más avanzadas del mundo y ha conseguido conciliar la deferencia a la libertad individual de los ciudadanos extranjeros que residen y trabajan en su territorio con el respeto a sus arraigadas costumbres. Un país al que los años de embargo y presión impulsados, principalmente, por Arabia Saudí y Egipto, han favorecido la cohesión interna y el sentido del patriotismo de su población, traducido en el éxito del desarrollo, desde la nada, de una industria agroalimentaria puntera, altamente tecnificada.

Prueba de ello, es que, bajo el jeque Tamim, el emirato se ha convertido en un polo académico de primer orden, sede de prestigiosas universidades norteamericanas y activos foros de pensamiento, muy respetados en el ámbito regional, en el que dispone de una posición política, estratégica, diplomática e, incluso, militar privilegiada, lo que le permite tender puentes entre las distintas potencias a ambas orillas del Golfo. Finalmente, Qatar es desde hace años uno de los principales socios comerciales de Occidente en el sector de la energía y, tras la crisis provocada por la invasión de Ucrania, ha respondido con un multimillonario programa de inversiones, en el que participará la española Iberdrola, muy implantada en el país, que, a medio plazo, permitirá ampliar su producción gasística y reducir nuestra dependencia de Rusia.