Editorial

Europa y el brindis al sol del estado palestino

Es importante que la UE explique si apoyaría o no un Estado palestino de carácter teocrático, gobernado bajo las leyes religiosas de la sharía, con ausencia absoluta de las libertades básicas de los ciudadanos

June 20, 2023, Brussels, Brussels, Belgium: Margrethe VESTAGER, Valdis DOMBROVSKIS, and Josep BORRELL FONTELLES held a press conference at the end of the Eurogroup meeting today in the Belgian capital. Josep BORRELL FONTELLES (left) Margrethe VESTAGER (middle), Valdis DOMBROVSKIS (Foto de ARCHIVO)20/06/2023
El alto representante de la UE, Josep BorrellEuropa Press/Contacto/Nicolas LaEuropa Press

La primera pregunta que debería responder el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, es qué clase de Estado palestino justificaría el respaldo institucional, apoyo financiero y asistencia diplomática de las democracias europeas. Porque, a nuestro juicio, ha sido la incapacidad política de los representantes palestinos para cumplir y hacer cumplir el espíritu y la letra de los Acuerdos de Oslo el principal obstáculo de un proyecto de convivencia ilusionante que hubiera necesitado, como primera providencia, la renuncia sincera a la violencia por parte de todos, pero, especialmente, por quienes tenían que demostrar la voluntad de articularse como un Estado de derecho en el concierto internacional de las naciones.

No significa que Israel no haya cometido errores, pero si hemos de justificar los problemas de la dirigencia palestina para convencer a una opinión pública renuente con el reconocimiento del derecho a existir del Estado hebreo, tendremos que aplicar la misma vara de medir para los gobiernos israelíes, que sufrieron el asesinato de un primer ministro por un extremista contrario a los acuerdos de paz, y reconocer que el estallido de la segunda Intifada, impulsada como medida de presión por la OLP, fue responsable mayor de la quiebra de la confianza entre las partes.

Por ello, es importante que la Unión Europea explique si apoyaría o no un Estado palestino de carácter teocrático, gobernado bajo las leyes religiosas de la sharía, con ausencia absoluta de las libertades básicas de los ciudadanos y con unos dirigentes que mantienen en la pobreza a la población, mientras acumulan un inmenso arsenal con el que, como declaran paladinamente, echar al mar a los judíos.

Se nos dirá que no es posible comparar a Hamás, dueño de Gaza, con la OLP, que gobierna en Cisjordania, pero lo cierto es que ambas poblaciones palestinas responden a similares principios religiosos y de práctica política. Pero es que, además, establecer una equidistancia entre una democracia real como la israelí, en la que existen los contrapesos de la división de poderes, y las organizaciones políticas palestinas es un insulto a la inteligencia y el camino más rápido hacia el error del planteamiento.

Por último, cabría preguntar al alto representante por la oportunidad de un proyecto de paz, un brindis al sol dada la división de los socios comunitarios, que incluye, explícitamente, la amenaza de sanciones económicas a Tel Aviv, cuando los israelíes combaten a una organización terrorista que llevó a cabo una matanza de ciudadanos indefensos, por el solo hecho de ser judíos; que retiene a más de un centenar de rehenes y que en las últimas dos décadas nunca ha dejado de hostigar a Israel, bombardeando pueblos y asentamientos fronterizos y auspiciando ataques terroristas en sus principales ciudades, y a la que apoyan regímenes enemigos.