Editorial
A Sánchez le falla la estrategia del miedo
Los socialistas no presentan tanto un problema de abstención como de fuga de votos hacia el Partido Popular.
Conviene destacar que el trabajo de campo del último sondeo de intención de voto que ha elaborado «NC Report» para LA RAZÓN, del que hoy damos noticia, se llevó a cabo entre el 12 y el 17 de junio, es decir, cuando la mayoría de los encuestados eran conocedores de los distintos pactos postelectorales firmados por el PP y Vox en autonomías, notablemente, la Comunidad Valenciana, y ayuntamientos, acuerdos que las distintas terminales próximas al Gobierno han tratado de demonizar, como su gran baza para movilizar a un electorado de izquierdas, al que presuponen inclinado a la abstención.
Y, sin embargo, lo que nos dice la encuesta, en la misma línea que otros sondeos, es que los socialistas no presentan tanto un problema de abstención como de fuga de votos hacia el Partido Popular. Es cierto que el PSOE también pierde apoyos hacia su izquierda, pero se compensan casi matemáticamente con los votos de antiguos simpatizantes de Unidas Podemos que, por las trazas, prefieren antes a Pedro Sánchez que a la nueva estrella de la izquierda radical, Yolanda Díaz, cuyas expectativas electorales son mucho menos halagüeñas de lo que trasladan a la opinión pública sus entusiastas seguidores.
Al menos, así se desprende del sondeo, que sitúa a la nueva plataforma Sumar como la mayor perjudicada, con creces sobre los demás partidos, por la abstención. De quienes en su día votaron a las formaciones de la izquierda radical –desde Unidas Podemos a Más País– un 19,1 por ciento elegirían el próximo 23 de julio la papeleta socialista y un 14,7 por ciento, simplemente, no acudirían a las urnas. En total, Sumar, como heredera del movimiento que encabezó en su día Pablo Iglesias, perdería más de seiscientos mil votos y entre 6 y 8 escaños en el Congreso.
Tal vez, la estrategia negociadora de Yolanda Díaz, con la exclusión de quienes conformaron las señas de identidad de Unidas Podemos, no haya sido la más acertada. Pero donde la encuesta certifica el fracaso de la estrategia del miedo gubernamental y demás «alertas antifascistas» es en el pronóstico de los resultados que obtendría el Partido Popular de celebrarse hoy las elecciones generales. En efecto, la formación que preside Alberto Núñez Feijóo sigue al alza en los sondeos, con casi tres millones y medio de votos más que en los comicios de noviembre de 2019, lo que se traduce en un incremento de su representación parlamentaria de 56 diputados, hasta llegar a los 145 escaños.
Los nuevos apoyos proceden en su mayoría de la adormecida Ciudadanos, también, de antiguos votantes de Vox que vuelven al redil popular, pero, como ya hemos señalado, de antiguos socialistas. El partido de Santiago Abascal bajaría hasta los 38 escaños, número más que suficiente para culminar el gran cambio político que, sin duda, exigen sus votantes.
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