Editorial

Sánchez pierde votos por sus dos flancos

No andan desencaminados los barones regionales del PSOE cuando expresan sus reservas sobre el escaso tirón electoral de la marca Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razón

La última encuesta electoral elaborada por «NC Report» para LA RAZÓN, referida a la primera semana de abril, es decir, ya con la puesta de largo de Sumar y una vez apagados los ecos de la moción de censura de Vox, consolida el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo en la intención de voto de los españoles –subiría hasta los 144 escaños– y confirma que la presumible ruptura interna de Unidas Podemos va a penalizar a la extrema izquierda con la pérdida de hasta seis diputados. Y ello, pese a que la nueva formación de Yolanda Díaz podría recibir más de 400.000 apoyos procedentes de antiguos votantes del PSOE.

Pero lo más significativo, si cruzamos los datos del trasvase de votantes entre partidos y la valoración que otorgan los encuestados a los principales líderes políticos, es que el auténtico problema del presidente del Gobierno y secretario general socialista, Pedro Sánchez, se encuentra en la creciente desafección entre las filas de sus partidarios. De otro modo no se explica ni la pronosticada caída en votos y escaños del PSOE ni la cicatera valoración que recibe el líder socialista de sus propios votantes, lo que le sitúa en tercera posición por detrás de Núñez Feijóo y de Yolanda Díaz.

Así, mientras los seguidores del presidente popular y de la nueva referente de la izquierda populista les otorgan una nota del 7.1 y del 7.6, respectivamente, los simpatizantes socialistas valoran a Sánchez con un rácano 6.5. Es más, Yolanda Díaz tiene casi la misma simpatía entre los socialistas, un 6.2, que el mismo Sánchez. Por supuesto, no es descartable que la líder de Sumar se haya visto beneficiada en el sondeo por el efecto arrastre de su gran exposición pública, pero, en cualquier caso, lo que nos dice la encuesta es que el PSOE no parece que vaya a ganar nada con la maniobra de sustitución de la marca de Unidas Podemos por la de Sumar. Todo lo contrario, estaría perdiendo votos por sus dos flancos –más de 600.000 con destino al Partido Popular– y podría bajar de la barrera psicológica de los 100 escaños.

El tercer partido en discordia, Vox, se quedaría en 41 escaños, once menos de los actuales, pero con la fuerza suficiente para condicionar un próximo gobierno de centro derecha. Al final, parece que la postura abstencionista de Núñez Feijóo en el espectáculo de la moción ha sido bien recibida por sus partidarios, que, dicho sea de paso, son los que más fidelidad guardan a las siglas. Nada menos que el 96,5 por ciento de sus votantes afirman que volverán a apoyar al PP, frente al 73 por ciento de los socialistas. Cabe deducir de los resultados de este estudio de opinión, coincidentes con otros publicados estos días, que no andan desencaminados los barones regionales del PSOE cuando expresan sus reservas sobre el escaso tirón electoral de la marca Pedro Sánchez. Pero aún queda mucho partido por jugar y mucha propaganda gubernamental por esparcir.