Universidad
Castells deja en el aire la bajada de tasas universitarias y el aumento de becas
Traslada la posibilidad de cumplir con el acuerdo de coalición a que haya Presupuestos y al criterio de Hacienda. Recomienda a las universidades que hagan exámenes online y que se consulte a los estudiantes para adaptarlos a sus circunstancias
A punto de acabar el curso universitario, el ministro de Universidades, Manuel Castells, no tiene una idea clara sobre cómo acabará el curso. ¿Habrá exámenes presenciales? «No lo sabemos, depende de la situación de la pandemia en junio», dijo. Tampoco sabe si se podrá celebrar una EVAU presencial. Sólo hay dos ideas claras que se han consensuado entre Ministerio, universidades y comunidades autónomas que han pasado a convertirse en recomendaciones porque también dejó claro que, en este ámbito, «las competencias están transferidas y no podemos decir a las autonomías lo que hay que hacer».
Castells aseguró en su primera rueda de prensa en Moncloa que el curso acabará en los plazos previstos de docencia y evaluación. ¿Y qué pasa con los exámenes? «las evaluaciones se deben hacer de manera flexible y con ideas claras para los estudiantes». La recomendación del ministro es que las universidades realicen exámenes online, o bien que opten por la evaluación continua «añadiendo algunos criterios, cuando se considere necesario». Pero en lo que resultó muy insistente es que en todas estas decisiones «las universidades tienen que consultar a los estudiantes, tienen que ponerse de acuerdo con ellos; pero consultar no significa que ellos decidan sobre una situación tan compleja, ni el aprobado general. Esta evaluación tiene que adaptarse a las condiciones de cada estudiantes, tecnológicas, pedagógicas y psicológicas, hay que hablarlo, incluso, individualmente».
Las comunidades autónomas, no obstante, ya han ido tomando decisiones por su cuenta, una de ellas la de Madrid, que alcanzó el primer acuerdo entre universidades públicas y privadas y que ha marcado la pauta a seguir.
Pero uno de los asuntos más inquietantes es que ayer quedó en el aire el eje de la política universitaria del ministro y uno de los principales acuerdos de Gobierno en materia de universidades: el aumento de las becas y la bajada de las tasas universitarias. «Una de mis grandes obsesiones es la bajada de precios públicos», dijo. Sin embargo «por muy buena voluntad que tengan las universidades y las comunidades autónomas, todo depende de que haya Presupuestos». Por eso hizo una «llamada a la responsabilidad» de los grupos políticos para que apoyen las Cuentas del Gobierno. Una circunstancia que resulta, por ahora difícil, teniendo en cuenta que el Gobierno ya ha renunciado a los presupuestos de 2020 y la ministra de Hacienda ha avisado de que se iba a centrar en los de 2021, mientras que la oposición le reclama unas cuentas de la reconstrucción, ajustadas a la nueva situación económica que se derive de la pandemia.
El deseo de Castells es fijar un tope máximo para los precios de las matrículas universitarias y eliminar el sistema de horquillas por el que se habían regido hasta ahora las comunidades autónomas. «Tenemos hechos todos los cálculos», ha dicho. Y de hecho, ha asegurado que va a ser uno de los temas a tratar el la próxima reunión que celebrará con las comunidades autónomas. Tampoco despejó dudas sobre cuándo se podrán aumentar las becas. «Hasta que no se hable con hacienda no podremos asegurar nada. No podemos prometer cosas que no están en nuestras manos, hay que esperar un tiempo».
Prácticas
El principal problema al que se enfrentan ahora las universidades es cómo realizar las prácticas en aquellas titulaciones en las que son necesarias para graduarse y obtener un título. En este caso, la recomendación que se ha dado es que se puedan posponer al mes de julio, aunque cada universidad podrá hacer lo que considere. El criterio general, no obstante, es que cada alumno pueda graduarse en el momento y en el año previsto a la vista de que de ello depende su vida profesional.
Por lo que respecta al próximo curso universitario, el ministro avanzó que las clases empezarán, en principio, según el calendario previsto, pero «tenemos que acostumbrarnos a una enseñanza bimodal», es decir, que combine la formación presencial con la online. «Lo que es seguro es el distanciamiento social y eso quiere decir que habrá que adecuar las clases presenciales» en condiciones que permitan mantener la distancia de dos metros entre el alumnado. «Habrá que hacer horarios distintos para que la misma aula desinfectada pueda servir para hacer turnos rotatorios, habrá que poner geles hidroalcohólicos...». El ministro tampoco dio una respuesta clara sobre la posibilidad de que los alumnos puedan regresar a sus residencias a recoger sus pertenencias. Dependerá de una reunión hoy con Grande-Marlaska.
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