Comunidad de Madrid
El aire más limpio de los últimos ocho años
La Comunidad de Madrid revisa el Plan Azul+ después de reducir las emisiones más de un 20% y alcanzar los niveles que exige la OMS.
La Comunidad de Madrid revisa el Plan Azul+ después de reducir las emisiones más de un 20% y alcanzar los niveles que exige la OMS.
Las medidas de mejora de la calidad del aire en la Comunidad de Madrid ya se notan en los indicadores de los principales contaminantes que, en los últimos ocho años han mejorado más de un 20% gracias a la Estrategia de Calidad del Aire y Cambio Climático Plan Azul+ 2013-2020 que, este año, revisa la Consejería de Medio Ambiente para reforzar aún más la reducción de emisiones y que se traducirán en nuevas propuestas que se darán a conocer antes de fin de año. Desde la puesta en marcha de la Red de Calidad del Aire, hace tres décadas, se ha mejorado en todas las zonas y aglomeraciones y para todos los contaminantes.
«Ahora hay una normativa que antes ni se concebía y que ha contribuido a que en algunos contaminantes estemos ya en los niveles que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que es mucho más restrictiva que las normas de la Unión Europea que son las que tenemos que cumplir», explica Luis del Olmo, director general de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid. Así, en el caso de las Partículas por Millón 10 (PM10), el límite de media anual establecido por la UE es de 40 microgramos por metro cúbico, mientras que la OMS recomienda 20 microgramos por metro cúbico. «En 2016 la media en la región de PM10 fue de 19 mg/m3, cuando en 2005 estábamos en 38 mg/m3», apunta el director general.
Hay que tener en cuenta que los ayuntamientos por encima de 100.000 habitantes están obligados a tener su propio plan de calidad del aire, pero se está impulsando que todos los consistorios de más de 75.000 habitantes tengan procedimientos para las alertas por contaminación.
Para ello, la Comunidad de Madrid ha elaborado un protocolo marco de calidad del aire al que se pueden adherir los municipios y que también está sirviendo de base para aquellos obligados a tener su propio plan. En este sentido, el director general señaló que Leganés tiene ya muy avanzada su normativa, y también están colaborando con otros ayuntamientos para que les vayan mandando sus proyectos.
Según los datos recogidos por la Red, en este tipo de partículas en los últimos 8 años se ha registrado una reducción del 36%, pasando de 22 a 14 mg/m3 entre 2011 y 2018. Igualmente, las PM2,5 también han bajado en sus concentraciones de un 25%, de 12 a 9 microgramos por metro cúbico. En el caso del dióxido de nitrógeno, NO2, que es el que provoca la gran mayoría de alertas por calidad del aire, en la región se han reducido las concentraciones en un 23% desde 2011, puesto que han pasado de 26 a 20 mg/m3. De hecho, una de las principales apuestas de la revisión del Plan Azul + se refiere a incentivar la movilidad eléctrica, clave para reducir las emisiones de NO2 procedentes del tráfico.
Sin embargo, del Olmo recuerda que no sólo hay que actuar sobre la contaminación que procede de los vehículos o de los grandes contaminantes industriales, puesto que hay muchas otras actividades económicas con medio potencial de emisiones sobre las que también se puede actuar para mejorar la calidad del aire. De este modo, se está estudiando un régimen de autorizaciones relacionadas con la emisión de gases para extender la necesidad de establecer procesos de toma de decisión con la consideración de la variable sostenible. «Hay que trabajar con los llamados sectores difusos, que son aquellas actividades industriales grandes y pequeñas que, aunque no estén dentro de las 160 que tienen altas emisiones en la Comunidad de Madrid, sí que pueden influir en las emisiones», asegura el director general.
Horizonte 2030
El objetivo de la revisión del Plan Azul + es llegar a 2020 con el cumplimiento íntegro de la normativa y con el horizonte puesto en la meta de rebajar en un 40% las emisiones de CO2 respecto a 1990 en 2030. Para ello, ya se ha previsto el refuerzo de la red de medición, con la instalación de un nuevo punto en el Puerto de Cotos, así como sumar una o dos estaciones móviles a las dos ya existentes. «Los datos de mejora ya no se explican en el contexto de la crisis, cuando había menos tráfico y menos actividad económica, y, además, tanto 2015 como 2016 fueron años calurosos, lo que supuso mayores emisiones por los aparatos de climatización», recuerda Del Olmo.
La red de calidad del aire, tanto la regional como la de los municipios que cuentan con una propia –Madrid tiene 24 estaciones automatizadas desde 1978–, se ocupa de obtener las mediciones de todos los contaminantes regulados –PM10, PM2,5, NO2 y O3–, y de informar a los ciudadanos del estado de calidad del aire. En caso de superarse los umbrales de alerta en la concentración de NO2, Ozono o dióxido de azufre (que también se mide), se avisa a la población y se activan los protocolos para mejorar la calidad del aire. Igualmente, la red remite al Ministerio competente y a la Unión Europea una evaluación anual de la calidad del aire. La Consejería también utiliza la red para conocer el comportamiento de la contaminación, tanto territorialmente como a lo largo del tiempo, para poder definir los planes de calidad del aire y los protocolos de actuación por alta contaminación.
EL CASO DEL OZONO
El ozono troposférico es el único contaminante que en los últimos ocho años ha registrado un aumento del 12% en sus concentraciones. Desde la Consejería de Medio Ambiente explican que este contaminante es el único «secundario», es decir, que no es emitido directamente, sino que se forma a partir de contaminantes primarios como el dióxido de nitrógeno. Así, se forma en la atmósfera por presencia de alta radiación solar y altas temperaturas, es por ello que es habitual que haya alertas en verano. Es uno de los indicadores más señalados del cambio climático, ya que sus concentraciones han subido pese a haber bajado las de los contaminantes precursores. Con todo, en Madrid no se ha superado nunca el umbral de alerta de 240 microgramos por metro cúbico de media horaria, si bien se informa cuando se supera el umbral establecido de 180 mg/m3 de media horaria. La estrategia regional respecto al ozono implica medidas a medio y largo plazo en colaboración con otras a nivel europeo y nacional, que consisten en la actuación sobre todos los sectores causantes de la contaminación, especialmente sobre el tráfico rodado, con la adopción de medidas de promoción de la movilidad eléctrica, entre otras cuestiones.
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