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Olof Palme, el político que puso a Suecia en el mapa

La Razón
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Hace 25 años que el asesinato de Olof Palme a la salida de un cine del centro de Estocolmo conmocionó a Suecia, un país que se creía inmune a la violencia política. Pero, ¿quién era Palme para ser un hombre tan odiado y amado al mismo tiempo?

El líder socialdemócrata fue sin lugar a dudas el político sueco del siglo XX más conocido internacionalmente. Procedente de un país que había pasado de la más absoluta pobreza al más alto bienestar en apenas un par de generaciones, Palme creía en las posibilidades de futuro de los países del Tercer Mundo. Sus viajes juveniles por Asia le habían convertido en un ferviente defensor de la descolonización y del desarrollo del Sur.

Este "africano honorífico", como le ridiculizaba la derecha de su país, puso en marcha una revolucionaria diplomacia que puso a Suecia en el mapa internacional gracias a su activa defensa del desarme, la paz y los derechos humanos. Esta "neutralidad activa"le permitía criticar por igual los abusos de las grandes potencias (Estados Unidos y la Unión Soviética) y condenar el franquismo, el pinochetismo o el "apartheid"surafricano.

Un cuarto de siglo después, sin embargo, su ideario tendría un difícil encaje en la política escandinava y europea actual. Ahora ya no está bien visto un político en el que sus hechos y palabras son coherentes con su pensamiento. Incluso entre los socialdemócratas suecos, las ideas de Palme representan un izquierdismo insostenible en los tiempos que corren, en los que el SAP busca desesperadamente el centro para regresar al poder tras dos derrotas electorales consecutivas.

El asesinato sin resolver de Palme y el posterior crimen contra la ministra de Exteriores Anna Lindh muestran, por otra parte, una dura realidad para Suecia. Como recuerda el diario "Svenska Dagbladet", ambos sucesos "han instaurado de manera permanente la imagen de un país donde se asesinan a los altos representantes políticos".

Pese a que el "caso Palme"permanece abierto, su mujer no tiene dudas sobre el autor del crimen. En sus primeras declaraciones sobre el asesinato de su marido en dos décadas, Lisbet Palme reconoce que "yo ya he identificado al asesino. Ahora es una cuestión para el entorno, los medios de comunicación y el sistema judicial". La viuda alude a Chister Pettersson, la única persona juzgada por el crimen. El "hombre de 42 años", como era identificado por la Prensa de la época, era un toxicómano y alcohólico que fue detenido en 1988 tras ser identificado por Lisbet. Sin embargo, tras una primera sentencia condenatoria, el Supremo le puso en libertad por no existir pruebas concluyentes contra él.

Independientemente de quien fuera el autor del crimen, el asesinato truncó la vida de un hombre de 59 años, como recuerda la líder socialdemócrata, Mona Sahlin: "Una se siente muy, muy triste, pero también fuerte. Triste porque piensa cuánto le quedaba aún a Palme, cuánto podía haber hecho. Pero también fuerte porque ahora, después de 25 años, no hablamos sólo de la víctima Olof Palme, sino del destino del político, el internacionalista, el ideólogo".