El salvador de Mandela

Podría intercambiarse el título con el del nuevo estreno de Ridley Scott, «El consejero», pero habría que ponerlo en mayúsculas. Jean Yves Ollivier logró jugar al escondite con tres movimientos revolucionarios y seis estados (Suráfrica, Francia, Congo, Angola, Estados Unidos y los bantustanes) para lograr el fin del «apartheid» y la liberación de Nelson Mandela. Hay material suficiente para un gran «thriller» político de ficción (el protagonista lo ha pensado y dice, con sorna, que le gustaría que su papel lo representara Leonardo DiCaprio), pero, hasta que eso ocurra, Carlos Agulló ha compuesto un documental rico en fuentes, testimonios y en el que las imágenes de recurso parecen haber sido rodadas para el filme. Caprichos del azar, llega a las pantallas españolas justo el día después de la muerte del líder africano.

Ollivier, un comerciante de cereales que se pasó al petróleo y al carbón, aprovechó su influencia en la zona para poner a prueba a los servicios diplómaticos de África y las principales potencias. ¿Hubo algún interés económico detrás? El negociador asegura que más bien le costó dinero, pero también admite que «esto me dio mayores accesos, luego me sirvió para que se me escuchara más fácilmente cuando trataba de presentar un dossier comercial». Su actuación también pone en evidencia que los aparatos diplomáticos estatales necesitan de figuras ajenas para desatascar los conflictos: «El mensajes es que el hombre individual y el conflicto entre humanos es necesario también en la diplomacia y, sobre todo, para solucionar problemas». En cada personaje importante del filme coinciden buenas intenciones (para buscar una solución), astucia y la suerte. «No se puede tener éxito sin que estén disponibles esa serie de elementos», asegura él. Chirac, Reagan, Mandela... todos son grandes personajes, pero a él le impresionó especialmente la figura de Sassoou Ngueso (presidente del Congo), que, pese a estar al frente de un régimen comunista y asambleario, se arriesgó a ser el anfitrión de las negociaciones. Para que el líder surafricano saliera de prisión, muchos otros privados de libertad dejaron la cárcel. Todo gracias a la astucia de este personaje, que logró todo aquello sin un documento firmado, y, sobre todo, asegurando a Mandela su mayor deseo, una «libertad incondicional».

Winnie da las gracias

La mujer del mandatario, Winnie Mandela, también participa en el documental y llega a asegurar en un momento que cuando supo cuál fue la verdadera participación de Ollivier en el caso, «me sentí realmente pequeñita».