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El terror vuelve a tener forma

Tras haber arrasado en YouTube con su corto «Ataque de pánico», el uruguayo Fede Álvarez debuta en el largo con esta revisión del legendario filme de Sam Raimi

Como en la versión original, no hay actores conocidos para preservar el misterio
Como en la versión original, no hay actores conocidos para preservar el misteriolarazon

Ligar el presupuesto al éxito en el cine es una verdad a medias, que, además, tiene demasiadas excepciones. Quizá Sam Raimi ya ha haya entrado en las enciclopedias del cine por la trilogía de «Spiderman», pero nunca habría llegado a firmar aquel contrato sin el éxito inesperado de «Posesión infernal» (1981), una cinta de culto por la brutalidad de la propuesta (humor negro, gore, elementos sobrenaturales...), pero en la que hoy pueden apreciarse algunos errores por la limitada financiación con la que contó. De escasez de recursos sabe mucho el uruguayo Fede Álvarez, ya que su aterrizaje en la dirección de la película es más propia de un telefilme norteamericano como él mismo cuenta. Primero rodó el corto «Ataque de pánico», una invasión de robots sobre Montevideo, con apenas 250 euros y luego lo subió a YouTube: «Cuando me levanto tengo unos 250 mails de gente de Hollywood que quiere conocerme. Una semana después, alguien me invitó a Los Ángeles para encontrarme con Raimi, y eso se tradujo en que en un solo día firmamos un acuerdo para hacer una película con él fuera lo que fuera», rememora el realizador. Está seguro de que estas milagrosas ascensiones serán cada vez más frecuentes: «YouTube es muy joven, cuando eso pasó tan solo tenía cuatro años de vida, hoy si haces un corto potente y triunfa en ese medio la industria lo ve». Esto no significa una apología del éxito rápido, pues el director suramericano recuerda que uno no llega a ese punto de genialidad sin haberse curtido mucho: «Se puede rodar un filme así con 300 dólares porque empecé a filmar cuando tenía 7 años, a los 15 ya tenía una saga de superhéroes completa». Después logró vivir gracias a encargos publicitarios, como tantos otros directores.

Poco humor

Junto a Raimi manejó varios proyectos, finalmente fallidos, hasta que se decidieron por revisitar su mítica primer película: «Como escritor, la idea de hacer un "remake"no me atraía nada, pero él me dio carta libre para poder hacer lo que quisiéramos. Me puse a escribir con uno de mis mejores amigos de Uruguay, Diablo Cody, y decidimos cambiar los personajes y el contexto de la historia, que empieza de una manera completamente diferente». Los demonios del bosque emergerán esta vez por culpa del empeño de Mia (Jane Levy) por recuperarse de su adicción a la heroína en una vieja casa de campo rodeada de sus dos mejores amigos, su hermano, al que lleva tiempo sin ver, y la novia de éste. Algunos fans echan de menos mayores dosis de humor, pero Álvarez asegura que esa nostalgia es errónea: «No es tan así. Hay quienes piensan en la saga como una comedia, pero la primera entrega no lo era. Por ejemplo, para mí entonces fue la experiencia más aterradora de mi vida. Tenía un nivel "gore"que no se parecía a nada de lo que se había hecho antes. Raimi no tenía intención de introducir humor, aunque hoy uno puede reírse de los errores al haber hecho una película con tan poco dinero a los 18 años». En la cuestión «gore», Álvarez asegura que tampoco se ha privado de enseñar vísceras: «He tratado de hacer una película honesta, sin saltos de tiempo; cuando pasa algo doloroso no hay por qué ocultarlo».

La producción también renunció a los efectos digitales, lo que, dado el baño de sangre que se dan todos los personajes, supuso un derroche en líquido rojo que lo fingiera, exactamente, unos 190.000 litros: «Hoy se recurre al ordenador porque resulta mucho más fácil y barato de rodar. Pero si uno quiere una experiencia real debe prescindir de esos efectos; además, la película envejece antes, porque lo que hoy parece muy real a los cinco años la técnica lo ha superado». El uruguayo presume de que Raimi respetó incluso su montaje, cuando en Hollywood es habitual que la versión final quede en manos de la productora, de ahí que en muchos extras de DVD se ofrezca la versión del realizador. Ve su futuro en EE UU siempre y cuando le permitan la misma independencia que ha logrado en esta oportunidad. Si la taquilla responde, seguro que Raimi no le deja escapar.

No es el único nombre latino que aparece en los títulos de crédito del final, ya que, entre otros, la banda sonora, es cosa del español Roque Baños, el músico de cabecera de Álex de la Iglesia («Balada triste de trompeta», «La comunidad», «Crimen Ferpecto»...) y de otros grandes filmes españoles («Celda 211», «El séptimo día»...). El compositor nos explica cómo fue su salto al cine de género en Hollywood: «El terror permite moverse en las coordenadas de la música contemporánea jugando con las sonoridades de la orquesta y el coro. En este tipo de música realmente existe algo libre, aleatorio, proveniente del músico de la orquesta, pero, sin embargo, todo está muy pensado y controlado. En "Posesión infernal"he respetado esta "estructura", aunque además añadí un sentido gótico que nos transmite la sensación de magnitud más allá de la realidad. No obstante, en este tipo de género existen muchos clichés, que también me gusta romper. Por ejemplo, crear un tema bonito, dulce, evocador, que contraste con la dureza de las imágenes, o un tema triste o melancólico que evoque algo más profundo que no muestren las escenas. Eso hace que la película sea más especial y original».

Roque Baños salta a Hollywood

No ha notado nada diferente componiendo para una producción estadounidense: «El equipo con el que he trabajado en esta película me ha hecho sentir muy cómodo, y la relación con Fede ha sido similar a la de otros directores españoles con los que llevo trabajando mucho, como Daniel Monzón, Santiago Segura y Emilio Martínez Lázaro». De hecho; el director, que toca el saxo, participa en la composición y ejecución de uno de los temas del filme.

«CARRIE»: EL OTRO REGRESO

No es la única nueva versión de un clásico de terror. «Carrie» espera en la nevera después de haber sido aplazado su estreno hasta Halloween. Kimberly Peirce —«Boys Don´t Cry» (1999), «Stop-Loss» (2008)— es la encargada de dirigirla, aunque insiste en que no es un «remake», sino una nueva versión de la novela de Stephen King más realista que la de Brian de Palma, de 1976. Cholë Grace Moretz (abajo a la izda.), de 15 años, es la protagonista, junto a Julianne Moore (arriba a la dcha.), que toman el relevo de Sissy Spacek (arriba a la izda.) y Piper Laurie. La trama, aunque ambientada en la actualidad, mantiene el conflicto entre la tímida estudiante acosada por sus compañeros, criada por una madre extremista religiosa, que decide vengarse: «Tratamos de que la relación sea lo más significativa posible, a pesar de que es horrible y destructiva», ha declarado Moore.