Elecciones andaluzas
Ciudadanos irrumpe como fuerza decisiva para pactar
Juan Marín era un desconocido hace tres meses y Ciudadanos no figuraba siquiera en los sondeos. Hoy, el partido anaranjado se convierte en la llave para que el Parlamento andaluz sea gobernable por el PSOE, como ocurre en Sanlúcar de Barramenda donde el candidato Marín, teniente alcalde, gobierna en coalición con los socialistas . El partido de Albert Rivera ha pasado su primer examen andaluz con sobresaliente –mejora incluso sus resultados en Cataluña–. Sólo hay que recordar que hace diez meses, en las elecciones europeas, obtuvo en Andalucía apenas un 1,74% de los votos, algo más de 46.000. Ayer, más de 360.000 andaluces se decantaron por el proyecto naranja.
La irrupción de Ciudadanos en el Parlamento, como cuarta fuerza, estaba avisada. Le ha bastado con el liderazgo de Albert Rivera. Durante dos semanas de campaña la noria sólo hacía subir. Pero el «cambio sensato» pregonado, no está exento de cierta indefinición. Algo que, por otra parte, no puede restarle méritos a una formación que sin medios y sian un líder andaluz reconocible se planteaba como primer objetivo obtener representación, sin más. Con un 9,26% de los votos, C’s ha duplicado las previsiones iniciales y condenando a IU a ser la quinta fuerza.La ambigüedad de su discurso lleva a cuestionarse todavía a muchos si Ciudadanos está más cerca de la derecha o de la izquierda. Y a ello se ha unido un arranque de campaña en el que lo importante no era «con quién pactar sino para qué» para concluir la campaña negando cualquier posibilidad de pacto con el PSOE para no arrebatar la «ilusión» a la gente que pide cambio.
Hubo celebración en el sevillano hotel Collection, cuartel general de Ciudadanos. «Si no creamos un marco de diálogo tras el 22M, la mayoría deberíamos irnos a casa», llegó a decir Juan Marín a mediados de febrero. Ayer, su discurso por la mañana era otro: «Estaremos en la oposición pero no pactaremos, el pueblo ha pedido un cambio». Rivera marcó el camino, exigiendo «generosidad»: «Nuestros enemigos no son PSOE, PP o Podemos, sino el paro y la corrupción. España pide un cambio pero también diálogo». Obligado.
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