Política

Elecciones andaluzas

Ciudadanos se enroca en la «estrategia Borgen»

Presionará para que Marín llegue a ser presidente de la mano de PSOE y PP pese a ser la tercera fuerza en la cámara

Ciudadanos se enroca en la «estrategia Borgen»
Ciudadanos se enroca en la «estrategia Borgen»larazon

Presionará para que Marín llegue a ser presidente de la mano de PSOE y PP pese a ser la tercera fuerza en la cámara.

«Lo único seguro es que habrá cambio» o que «el PSOE abandonará la Junta» de Andalucía, aseguraron ayer fuentes de Ciudadanos (Cs) a LA RAZÓN, las mismas que daban por hecho también que les quedan largos días por delante de «tensas negociaciones». De momento los naranjas, liderados por Juan Marín en la comunidad, no acusan la presión de las miradas que el resto de partidos han depositado en ellos tras los resultados que las urnas arrojaron la noche del pasado domingo y que pusieron patas arriba el tablero de la política autonómica: 33 escaños para el PSOE-A, 26 para el PP-A, 21 para Cs, 17 para Adelante Andalucía y 12 para Vox.

La suma de las tres formaciones ubicadas en el espectro electoral que abarca desde el centro a la derecha, PP, Ciudadanos y Vox, arroja un global de 59 diputados, cuatro más de los 55 que marcan la mayoría absoluta en la Cámara regional. Pero hay otras combinaciones en el aire, abstenciones mediante si fuera preciso, y, sobre todo, tres candidatos que a día de hoy no están dispuestos a renunciar a ser el próximo presidente o presidenta andaluza: el propio Marín, el popular Juanma Moreno y la socialista Susana Díaz. Entre ellos habrá conversaciones tortuosas en las que ninguno querrá mostrar sus debilidades y de cara a ellas, en concreto en Ciudadanos, están instalados en la que consideran su «opción A», bautizada también como «estrategia Borgen», por la serie danesa que se puso de moda hace algún tiempo y que recomendaban, por cierto, cargos socialistas. Borgen es el término coloquial con el que se conoce en Dinamarca al Palacio de Christiansborg, la sede del Parlamento nacional de aquel país, y en la ficción, la líder del Partido Moderado, Birgitte Nyborg, logró ser nombrada primera ministra, pese a quedar en tercera posición en las elecciones y de haber formado parte hasta entonces de fuerzas minoritarias en la oposición. Nyborg consiguió armar y liderar una alternativa de Gobierno que contó con el apoyo de distintas formaciones para evitar que los «corruptos» se hicieran de nuevo con el poder. Cs, con sus 21 sillones en la Cámara, quiere emular la jugada y pretende que otras formaciones como el PSOE o el PP lo encumbren hasta la Presidencia del Ejecutivo regional porque es «el único partido que crece» –afirmación en la que se olvidan de Vox, que ha pasado de cero a doce parlamentarios– y el que «menos reticencias» puede despertar al poder «tener puntos en común» por ambos lados.

De hecho, la portavoz nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, instó ya ayer a populares y socialistas a aceptar su «derrota» y su «fracaso» en los comicios del 2 de diciembre y a apoyar una investidura del candidato Marín, expresando otra versión de la misma idea. Aunque no son los únicos que han decidido arriesgarse con el enroque y las fuentes de entre los naranja consultadas por este periódico admitieron que ni el PSOE de Díaz ni el PP de Moreno «están por la labor» de que Marín sea el Nyborg andaluz. Los aludidos insisten en que son ellos los que han quedado los primeros y los segundos, contados los sufragios, por lo que el movimiento debería ser al revés: que Cs los respaldara. Con respecto a Vox, los naranjas evitan definirlos pero dicen tener «importantes diferencias» con esa fuerza.